Anoche vi como el viento
esculpía mil recuerdos
en el cedro fugitivo
que hoy comparte su agonía
con mis besos, despistados,
perseguidos, vivos de melancolía.
Viento convertido en cosas,
todo en movimiento, ansía,
el paisaje va hacia atrás,
el agua viene de abajo,
y mis besos despistándome, persiguiéndome,
y las cosas del viento unas tras otras,
oscuras, muy planas, con manchas,
y reflejos de mil recuerdos, de mil
pasajes, de repente azul con espejos,
el cielo está dentro,
y el viento sigue esculpiendo,
y el pasado sigue volando
hacia el futuro, presentando
mis disculpas a la vida
por querer estar encima
del arriba, y esperando ser oléo.
 
 
 
 
 
 

OSCURECIENDO.

Una vez mas, las flores
clavan sus estigmas en mis ojos,
y los pétalos secan las lagrimas.

Una vez mas, cielos rojos
llueven corazones con temores,
y las hiervas crecen con su sangre.

Mas de una vez, la mañana
cae sobre mi pecho y abraza la rima,
mientras la vida corre en duelo 
por el frió lecho
de la dama negra fortuita.
 
 
 
 
 
 
 

AMA NECIO.

La niebla arrepentida
come aromas de noche
porque tu voz, repentina,
arroja amor sin reproches

La pupila cobra vida,
¡ mi vida !, quiéreme a voces,
no abandones el alma herida
de mi pobre sueño, pobre...

La sonrisa se destila
y viaja polizonte
por el nuevo horizonte,
hasta besar mi mejilla,
que llora sola en el norte
y gime rota en secreto
en un destino horrendo,
esperando volver, con tus flores.

Tus caricias me acompañan
en mi ausencia,
y mis versos se enmarañan
por tu belleza,
no es rocío sangriento 
es tierno trébol entre maleza,
el calor que abriga tu “siendo”.
Y se respira cuando llego
el olor de tus pensamientos
de amor, y los míos corren a buscarte
aunque el cielo se empeñe 
en limpiar las huellas que dejamos
hace escasos tiempos.

Hoy te encuentro por fin
y mi alma se arrodilla
con ternura, gozosa de vivir
en tu perdón,
-cariño mío, dulce fin 
tienen mis palabras de amor
si son interrumpidas por
un beso, y no un adiós...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

TRÁGICO MAÑANA QUE NO EXISTE, POR QUE NO LE HACE FALTA.

Temo a tu futuro, ¡ no lo digas ¡
acerca la llama, rociare lo alrededores
con gasolina y fumaremos las hojas
secas de los olvidos, y tiraremos las colillas
al pasado, y prenderemos fuego al presente,
y si al final no nos quemamos,
la gasolina se volverá albahaca,
y el calor nos mecerá suavemente
en sus largos tintes azulones,
y de las cenizas brotará el jardín
mas galán que jamás hallan visto tus ojos.
Pero esto no es seguro, y la realidad
de mi yo Teme a tu futuro, ¡ no lo digas ¡ 
¿o acaso es locura mi pensamiento?
¡ no lo aciertes ¡
¿tal vez es irracional mi sentimiento?
¡ Dímelo ¡, ¿no hay futuro, verdad?
¡ Dímelo, dímelo ¡ y ya no le temo,
o dime  tan solo  ..............“te quiero...”
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

AMOR VERDE Ó SUEÑOS SOBRE PAISAJES (3-6-2000)

Hasta que llueva en sueños
sucios colores de vino,
tu permanecerás menos
y el amor será bendito,
y las grietas dibujaran
verdes miradas inocentes,
cuando las hierbas despiertas
mueran en noches errantes.

Si algún día rompe el llanto
el paisaje cuadricula,
tu dormir será en vano
y el dolor: amor, sin duda.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

BAJO EL MAR DE TU PASEO.

Estoy tan acostumbrado a tus olas
que a solas en mi burbuja ciega
recapturo las perdidas insolencias
almidonadas entre sueños bajitos,
concluyentes, con harapos, 
coleccionando resugones sin dedos,
sueños sin sueño.
No distingo entre paredes y aleatorios,
la profundidad del ojo
me varia con el género, 
y la especie en cambio resolvió 
sus problemas de ceguera
paseando bajo el mar, 
haciendo más difícil la elección
entre paredes, y aleatorios 
adoquines del paseo me sonríen,
¡ que ignorantes !, si tuvieran 
un momento de soltura
para besar tus olas,
si tan solo las burbujas de tu lluvia 
los mojaran mientras me susurran,
entonces sabrían porqué 
se alternan y se alteran
cuando yo piso a su prójimo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

ESTARÉ CASISIEMPRE:

Aunque no me esperes, 
no me creas, no me secuestres.
Aunque no te acompañe 
en la biografía,

Aunque no te derrita
el sueño la sonrisa.
Aunque el final no dibuje 
las espinas, y la ceniza
no amarillee las arrugas,
cuando abras los ojos
yo seguiré a tu lado.

Aunque no remarques 
las medrosas antipatías,
y la silla no se reste
del paisaje, del pronombre,
de la conjunción, 
de la cornisa enferma,
aunque no las remiendes
cuando abras el álbum
de estampados siniguales,
yo seguiré a tu lado.
 

Aunque te desprecies,
te empeñes en rajar los sinónimos
te patees la gramática
estornudes las sombras
y empapes los adverbios
con los restos, y acostumbres
a cegar las madrugadas
con alcantarillas declinadas en futuro,
aunque lo afirmes todo
con secretos en sueños,
piensa que cuando 
abras los ojos,
yo seguiré a tu lado.