VISIÓN DE PIANOS APOLILLADOS CAYENDO EN LLAMAS / CESAR MORO/PERÚ El incesto representado por un señor de levita
Recibe las felicitaciones del viento caliente del incesto
Una rosa fatigada soporta un cadáver de pájaro
Pájaro de plomo donde tienes el cesto del canto
Y tus provisiones para tu cría de serpientes de reloj
Cuando acabes de estar muerto serás una brújula borracha
Un cabestro sobre el lecho esperando un caballero moribundo de
Las islas del Pacífico que navega en una tortuga musical
Divina y cretina
Serás un mausoleo a las víctimas de la peste o un equilibrio
Pasajero entre dos trenes que chocan
Mientras la plaza se llena de humo y de paja y llueve algodón
Arroz agua cebolla y vestigios de alta arqueología
Una sartén dorada con el retrato de mi madre
Un banco de césped con dos estatuas de carbón
Ocho cuartillas de papel manuscritas en alemán
Algunos días de la semana en cartón con la nariz azul
Pelos de barba de diferentes presidentes de la república del Perú
Clavándose como flechas de piedra en la calzada
Y produciendo un patriotismo violento en los enfermos de la vejiga
Serás un volcán minúsculo más bello que tres perros sedientos
Haciéndose reverencias y recomendaciones sobre la manera
De hacer crecer el trigo en pianos fuera de uso.
LOS BANCOS DE ARENAS MOVEDIZAS HAN QUEBRADO SU VIEJO RESORTE / JORGE
CÁCERES/CHILE
Una alondra polar me ha saludado el pasar
Colgada de un fruto ella picoteaba una cola dorada
En plena costa los muebles mudos abren sus ojos de carbón
Abren sus cajones llenos de nidos de hierba fresca
A lo largo de la costa camina un faisán de hojas muertas
Arrastrando una cola de pulgas de olor
Una cola sin reflejos a la pasada del armiño
Una larga cola de números de teléfono
A la entrada de los palacios invernales
En los marcos de los balcones donde el sol lanza su tela
Sordo y mudo él hilaba sin sentirse culpable
De un gesto de codicia que lo delata en el encaje polar
En los grandes prismas de sangre pura
Que tú equilibras sobre tus labios sobre tus hombros
Sobre tus ojos alineados de dos en dos
Sobre tu garganta de dicha
En pleno campo a toda tempestad
Tú respiras con el arcoiris que se eleva
Pues sobre el techo arden los primeros cerezos
Cómplice de un mal juego es preciso que yo parta
Al desierto donde la comadreja se prepara
Ella me ha dicho buen día cuando yo pasé
Ella ha soñado esta tarde con la gran pirámide polar
Con los grandes triángulos de tela rosa
Que caen sobre los cojines de musgo infantil
Como un golpe de dados en la nariz de un rufián
Sentado en la puerta de su casa tranquilamente
Tranquilamente sin preocuparse de nada
De absolutamente nada
Que no sea el paso de las ratas al granero del vecino
CESAR MORO / RAFAEL MÉNDEZ DORICH/PERÚ
Con mudable galope
Desde el ángulo facial de los pies poblados de cejas
Variante despejada doble nariz cruzada a la rodilla
En el cinturón de una flor aletea un platillo
En los hombres con raíces de algas
Sobrenada un mar inmediatamente dormido
Relincha un hipocampo por el cactus restaurado
La lengua de un botín en la corbata fotografiada
Dos botines muy claros en el botín muy claro
Al correrse de hilachas las medias del establo.
Si damos crédito al rinoceronte generoso y académico
Se tratará de una maniaca gelatina.
Se puede ver como una medusa logró amarrar el agua
Pero es un gusano desbocado bajo la lluvia
Hasta la mujer recortada
Que se baraja dando las espaldas
A un mar que brota de la cámara obscura
. Serviré postre de frutas en el verdadero desnudo
desde un canasto de moras, pepinos y fresas
chapoteando hasta que todas las palabras
sean un mismo sonido
quién habrá puesto una cabeza de cuero tan bien horneada
al parecer en el paisaje
que no podrá César
cae a medio cae una hoja que ya no cae
con las raíces del yuyo
los traspuntes de un maíz elegancia
en un bosque cualquier estrella sobre la nuca
eco poderoso de un horno
de un grito lanzado debajo del agua
ave foxtrot romano vamos a bailar
escoja su pareja colgada en aquella pared
se podrá remover la cadena de la marca
con un mondadientes
ya lo conoce
como si nunca le hubiera estrechado los dientes
le mira correr por el salón como un condenado
se ha devorado la cancha ha soplado la cancha
no ha confundido la cancha
el tiempo es variado.
CANTO PRIMERO / TEÓFILO CID/CHILE
La soledad es un reflejo de las horas dichosas
Por su espiral las zonas blancas
Que aparecen como causa de las negras
Vierten en la hondura su compacto mecanismo
Y los recuerdos calzan zapatos puntiagudos
Sobre el cojín de las sienes apagadas.
La soledad es un estanque con faunas de alcohol
Millares de pálidas tribus de nicotina
Canoas frágiles de sed
Y un cielo que interceptan nubes ebrias.
Vencido por sus aguas hojarasca soy
Árbol de río de azúcar
Lluvia angélica tostada por el sol
Mi soledad es un paraguas que se quiebra
Como un trozo de voz.
En torno a su eje
Brillantes lagartos trepan
Y hay siesta en el trigal.
Yo recuerdo una mañana sombría
Exactamente equilibrada para aquellos años
De extenuación y niñez
Los faroles temblaban bajo el remo de la lluvia
Yo miraba, yo miraba
Un bello témpano de amor tendido junto a mí.
Pasé la mano sobre el dorso azul
Y vi que los astros eran tiernas dependencias
De mis oídos
Que los sonidos de la luz eran dulces vertederos
De palabras de amor
Y creí sentirme mixto puente de dos pieles
Para cruzar aquel gran río, aquella ancha ría
Que había entre los dos.
Oh mía entre las mías
Ilumina el resplandor
E1 negro hálito de adiós
Que yace en toda boca
Ilumina mi verdor
Las praderas que en los besos reverberan
Con sus vacas y sus méritos actuales
Oh amiga, oh virtuosa de la fuga
Que hoy te encuentre nuevamente en mis palabras
Creada por instinto de cansancio
O por valor.
SE MECE SUAVEMENTE... / EMILIO ADOLFO WHESTPHALEN/PERÚ
Se mece suavemente al viento
La mujer que ha brotado blanca y desnuda
En la copa del ciprés
Con una pequeña corona de oro sobre la cabeza
Y encima de la corona un ojo de piedra verde
Que mira fijamente.
LA VIDA FELIZ Enrique Gómez - Correa/CHILE
Es el día en que la luz desborda el paisaje
Y en la sangre circula el gusano de la modorra.
Es el día en que nos abandonamos al sopor
A lo que ha hecho de nosotros enormes nubes que rozan
el césped
Todo esto dobla el alma
Aniquila los instintos
Nos hace apacibles como la lejanía.
Ahora la nube se transmuta en el árbol
En cuyas ramas ella sostiene una prolongada siesta
la hoja denuncia sus deseos obscenos
Pero ella prefiere dormir
Dormir en mis brazos
A sabiendas de los temblores
De la metamorfosis
Del río que puede ser fruto o gusano de seda
Sí, mi bella adorada, inconmutable
Como un ovillo de hilo
Junto al perfil de mi rostro
Junto a mi amor a tu amor
A lo que nos dice al oído
Eres mi pensamiento soy tu pensamiento.
A MERCED DEL SUEÑO / BRAULIO ARENAS/CHILE
El mar quemante:
Todas sus playas son de hielo
En él se apaga el fuego con delirio
Y el hombre con memoria
El mar quemante es un parecido mismo
De sí mismo
Su amor está en la playa,
Como el tigre en la selva
Con sus ojos de grisú
Todas las playas son ardientes,
Su cabeza misma es de hielo,
Su amor es lúcido,
Es fascinante,
Una ola más y el amor se cambia
En memoria terrible,
Aun en gaviota, en olvido
Todas las playas son de hielo,
Su corazón mismo es una ola,
Su gaviota misma es el fuego:
Esta gaviota es la memoria
Para el océano del olvido.
Enrique Molina/MUTACIONES EN EL PÁRAMO/ARGENTINA
Quien vuela sobre manteles y plantaciones -incierto y transitorio- con
ávidos ojos a la esperade apariciones cotidianas y frutos veloces,elegido
por la inconstancia y el remolino de la luzen grandes desavenencias donde el
destino cambiasus derroteros,él, que levantó como un loco la novia en el
peldañode fuego,quisiera, después, en las inmensas orillasfijar el rostro de
algún ser cuya imagen velara bajola tumbacomo una sombra paralela a su
sombra.En vano, pues la pira que surge del recuerdo,el paso de los
días,ciertos encuentros deslumbradoresdonde por la voluntad de un dios o de
una gota delluviacoincidieron un instante el sueño y la tierra,instalan
gárgolas inconclusasenvueltas en blancos camisones lunares tejidos porla
niebla, el despertar de una voz extinguida convertida en unsusurro de
hojas,flujo de aguas deslizándose entre guijarros,bebidas para gente
enterrada, ese soploque modula palabras desconocidas salidas del fuego,y el
agujero del vino en las piedras.
Francisco Madariaga/El canto no popular/ARGENTINA
Yo, el rastreador, que ha dormido en los atrasos dela luna en los atajos
peninsulares, y ahora sientoel canto del desahogo, a través del orgulloso
coraje,oh mis pequeños seres del desamparo, cantomi canto con un lenguaje no
popular, pero cercanoa vuestros vestidos miserables.El vestido las telas
livianas de las mejillas despintadasel olor de los motines talados de la
miseria siempreen la flor del fuego del pensamiento destruidosin nacimiento
en las coloridas y espléndidasorganizaciones de las albas lujosas de todos
los díasde todos los montones de días ligeros y azucaradospor las cañas
dulces solares irredentasininterrumpidas feroces vivientes de la
irrectitudsiempre anárquica del espacio siempre modernoy siempre solidario
con los cantos de las invisiblesdeidades y de los otros personajes reales
asombradosde la miseria de los sucios paisanos que enciendenel clavel del
esperma nocturno sifilizado y dementey excitado por los cerdos.Oh, en mi
escenario, de rodillas. Cocinas conteniendoel aliento del dormido rencor en
la palidez del alba.Oh, gente sin viajes, que no puede fumar en elfuego del
universo su tabaco de miel arrollada porel invierno, su comida de humo
bañando el ligerísimomosquitero de rabia del color el color que no
trajinapor las camas y que sólo saluda a la sombra consombrero del Ave María
en el altar de los santosensordecidos por los fétidos besos.Oh, mí, el
rastreador que ha dormido tirado entrelos yuyos, entre la ferocidad joyal de
las palmerasen el borde del agua, y de una cocina sucia llenade lechos
sucios y de tarros con jazminescalentados del ex-alba.
SUSTANCIA ERÓTICA / Aldo Pellegrini/ARGENTINA
Paisaje de latidos
el viento azota tu mirada ardiente
ahí está agazapada la espera
un lejano murmullo anuncia los estremecimientos
de un salto intentas aniquilar la vida
y encender un crepúsculo de miradas frías
¿a quién buscas por ese camino palpitante?
¿qué fuga detienen tus manos tenaces?
corazón que galopa
hasta atravesar tu transitable desnudez
y hace estallar la vida
la vida
ahora llega la muchedumbre de horas indecisas
tu corazón galopa lejos de mí
tu mano cae
desde el instante sin tiempo
fracasada tu muerte
indiferente a todo próximo sueño.
> From: emilio andres padilla pacheco <huenuman@hotmail.com> To: <salvaje@poesiasalvaje.com> Date: lunes, 24 diciembre 2001 18:29 Subject: antologia surrealista queridos amigos, les agradecería publicar la sgte antología de poesía
surrealista latinoamericana. En ella están representados poetas de Perú,
Chile y Argentina. Quizá en la próxima entrega puedan ponerla en la página
ppal. gracias.
enviado por Emilio Andrés Padilla
a 16 de enero 02