bajo tu sombra (3 de 3)
 

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 Atrio de una Iglesia

Una máscara de plumas
encierra tu misterio público
Profeta de la no discriminación
Prófugo, esclavo de la duda
Caminas por la vieja callejuela empedrada
deteniéndote en el atrio de la iglesia
miras sus torres, regañando al que te creo
a su imagen y semejanza
 
 
 
 
 
 

 Señor de Cinco Minutos

Entre tetas y piernas celulíticas aspiras sueños perdidos
mientras el frotar de su culo 
te convierte en el Señor de Cinco Minutos
Terrorista de los vientres machucados
Sometes a la piel al encierro de la mano que no suelta
Temerosa de caer  y seguir cayendo en fosas de V.I.H.
 
 
 
 
 
 
 

 Tu Único Aplauso

Avanzo por el torrente a la velocidad de la noche
El Universo en metástasis arrasa diferencias
Esparciendo cuerpos celestes  cubriendo de eclipses
Pudriéndome en  hoyos negros

Piruetas haces en el cielo, pero oyes sólo silencio
Piruetas hago en tu cuerpo, trapecista
pero el malabar es el fin 
y tu único aplauso
 
 
 
 
 

 Las Bienaventuranzas

Bienaventurados los estúpidos
porque de ellos emanan fantásticas  ideas
Bienaventurados los tuercas
Conocerán el engranaje del universo
Bienaventurados los  ebrios
De ellos  los  sorbos sin concho
Bienaventurado el reino de las calles
El templo está cerca
Bienaventurados los dogmas
Vivan los idiotas
Bienaventurado el silencio
porque  llena mis oídos
Bienaventurada la mujer
sin guillotinas en el vientre 
Bienaventurados los ombligos
las alcantarillas, curvas y  chicles
Bienaventurado Dios
Dios marginal
 
 
 
 
 

 Cantata

En la apátrida cantata de los sueños
marchan  los ideales bajo alamedas mutiladas
pisando presurosos sus adoquines cubiertos de alquitrán
Los une el asta de banderas desteñidas
la mentira del triunfo 
y la erosión de sus monumentos

Harapos caen en las trincheras
Dejando ejércitos de vagos
A la espera de una orgía
 fratricida
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Asesinato

La asesiné bajo una muerte limpia
Atropellándola con versos 
Esperando que el cuerpo se desprendiera de ella
Se aproximó en el mismo tiempo y lugar
Sólo fue una cita con un papel resquebrajado
Por mi insistencia a dejarla morir
 
 
 
 
 
 
 

Opus Nostrum
 
Hacemos de Dios un paracetamol
Y de la vida un profiláctico.
 
 
 
 
 
 
 

Madre Nuestra

Madre Nuestra, le decías  a los  niños
asesinos locos
flojos mentirosos  
Luego expresabas:“Nadie nos enseñó a ser padres”
Concluías :“Todo era una broma, Uds. salieron bien”
Pero Madre Nuestra,  tus hijos aprendimos 
a ser mostos y espigas de una extraña comunión
mientras celebras el Mes de María 
yendo con los de siempre 
para volver a empezar
  el diario ritual
Ruega por nosotros
 
 
 
 
 
 

Catastro
 

Fuimos inhalados por papeles, rótulos y sellos
Que certificarán nuestra expiración.
 
 
 
 
 
 
 

Réquiem

Muertas las revoluciones sólo queda Saint Jacques*
Con sus adoquines gastados 
Y tanto Juan olvidado 
Gatillando votos
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  


> Soy un escritor chileno, nacido en 1967, vivo actualmente en la 
ciudad de Santiago de Chile además de ejercer el oficio literario me 
dedico a la gráfica, ilustrando y diagramando mis propios textos... 
Soy también abogado magíster en derecho económico. Mi temática de 
trabajo literario es fruto de la dialéctica  entre el mundo urbano y 
el hombre, trata de la escisión cultural entre las cifras, teorías y 
dogmas de los cuales somos prisioneros y que mantienen la farsa 
racional, además de nuestra carencia de integración y libertad. 
Nuestra ausencia de humanismo
poemas publicados por Ediciones Rumbos el año 2000
de Boris Durandeau

a 29 de Julio 01

 

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