los caminos de tu cuerpo
 

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a maría



De que servirá
la puerta
sin tu casa
la  lluvia
sin tus pasos
la saliva
sin tu piel

de que sirven
las palabras en el agua escritas
 
 
 
 

Noche
que siembra la quietud
por los caminos
por las plazas
por los bares
que recuerdan
el paso de tu respiración
 
 
 
 

Abrazo que nutre
el solitario cuerpo
del aliento nocturno
llorarte mía
y dejar que el agua
lave mis pies 
como un reloj de arena
 
 

Furtivo paso
de la pluma sobre ti
así son mis besos,
insurgencia
que deja regada 
sobre tu vientre
el agua de mi boca
 
 
 
 

Mas allá de mis manos
estas vos
figura rodeada por mares
piernas
pólvora y esperma
 
 
 
 

Mas allá
estas manos
como estacas
caen como vuelo ultimo
sobre tus signos perennes
 
 
 
 
 

Mas allá
no veo
ni mas
ni allá
solo manos
sobre otras manos
que nacen
en cada agitarse de los dedos
 
 
 
 
 

Dejo entrar 
el mar
para cubrir 
el espacio
que dejaste hoy
 
 
 
 

Fluye
la finitud de la espera
mientras
cabe en mi mano
tu ausencia
 
 
 
 

Desnudo mi cuerpo desnudo
y solo queda tu sangre 
como huella indeleble
 
 
 
 
 

Soledad
pozo de agua
donde bebo
el tiempo que no estas
 
 
 
 

Hojas
quiero ver
mas allá
el roce de tu piel
al caer la tarde
al caer bajo tu piel
bajo tus hojas
quiero
mas allá
verte
 
 
 
 

La puerta espera 
el golpe 
la llamada inesperada 
dedos que ayer 
urgentes 
desesperados 
renunciaron al murmullo de la ciudad 
para no dejar 
ni un resquicio 
ni un secreto 
nada de tu cuerpo por tocar
 
 
 
 

La soledad de vos
como ciega bruma
golpea
las puertas desvencijadas
insiste
con furia de verdugo
mientras 
sentado sobre mis papeles
escribo
el mundo que tus manos pueblan
la tierra mojada por tu sexo
nuestro abrazo que dura
 
 
 
 
 

Tu rostro
se repite en mi mano
 
 
 
 
 

Nuestros cuerpos
residen en el amor
con insistente furia
penetrándose
dejan una estela
que los guíe
al regresar
de la tormenta
labios rodean tu cintura
calando a fondo
tus sellos
buscando
con insolente paciencia
un sueño de plumas 
savia animal
 
 
 
 
 

El beso
que no fue
todavía
salpica
mi boca
 
 
 
 
 

El tiempo
que tu cuerpo habla 
ha pasado por mi
dejando un sendero
tan extenso 
como es mi espera
 
 
 
 
 

Larga noche
entre sueños acabados
un cuerpo clava 
su demoledora presencia en mi 
y transcurren las gotas
desprovistas del verdor
mientras
las grises alas
del despertar
acarician mis mejillas
 
 
 
 
 

Sin tu espalda
la lengua se seca
el tiempo abruma
desciende fría la noche
los ojos se agrisan
sin tu espalda
 
 
 
 
 

Reverso de mi piel
cielo que me llueves
mi boca irradia
el aire de tu nombre
atraviesas las paredes
flor de hierro
te incrustas en mi lecho
sanguínea
 
 
 
 
 

Entre los pliegues del espejo
la luna de los cuatro vientos
desgrana el soplo de tu cuerpo
que crece sutil e irreverente
cada vez que pronuncio tu nombre
 
 
 
 
 

Tus manos
esperan el agua
que mis ojos 
dejan caer
para que bebas
de lengua en lengua
 
 
 
 
 

Moriré 
abrazado a la lluvia 
el día que pronuncies 
las rojas palabras 
el vino 
segregado por tu sexo
 
 
 
 
 

La hora
de irme
llego
la hora
irme de
llego
hora (la)
irme llego
de
hora
irme-la
de
llego
 
 
 
 
 
 

> Espero que estes bien. Nosotros, a los cacerolazos. Tarde o temprano seran
fusiles y libros. Te envio unos poemas. Saludos para vos y para los cumpas
de poesia. 

 
Marcelo


 
 

de Marcelo

a 26 de Febrero 01
 
 
 
 
 
 
 

 
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