A ESAS VOCES SOLIDARIAS
Mientras un sólo hombre sufra
sobre la faz de la Tierra;
mientras exista la Guerra
y haya quien de hambre se muera
y de dolor...y de pena;
nuestras canciones no pueden
ser sin pecado un adorno.
Mientras los hombres se acosen
como se acosan las fieras
y las ciudades reflejen,
deforme y yerta, la selva;
mientras de hierro levanten
barrotes los que gobiernan
y se torture la Vida
y se custodien fronteras;
nuestras canciones no pueden
ser sin pecado un adorno.
Mientras la flor desmayezca
sobre campos abonados
con el dolor de la Tierra,
de una Tierra saqueada
para el Oro, por la fuerza;
mientras habiten sus pastos
la ambición y la miseria
y a sus ríos les desborden
manantiales de tristeza;
nuestras canciones no pueden
ser sin pecado un adorno.
En negrita:verso de "LA POESÍA ES UN ARMA
CARGADA DE FUTURO"(GABRIEL CELAYA)
CRÍTICOS
Necia costumbre es criticar ajenos
defectos y miserables dones,
necia costumbre que sufrimos todos
pretendiendo afirmarnos superiores.
¿Alguna vez fue un hombre más que polvo
tras alcanzar la cifra de sus días?
¿Alguna vez fue luz, sintió la luz,
en el sueño abisal de su agonía?
¿Alguna vez amó, recordó amar,
ante la llama extinta de su vida?
¿Alguien llevó o dejó más que vagos recuerdos,
melancólicas penas de ensoñadora esencia,
de olvido y tiempo heridas,
en soñadas figuras de efímera presencia,
tras cerrar para siempre sus pupilas?
Querámoslo o no, estamos abocados
a un destino común tras un origen único...
¿por qué viajar entonces distanciados,
en carros de rencor e intolerancia,
si la muerte esas sendas que soñamos
aúna bajo la sombra de la Nada?
OSCURIDAD
De tanto silenciar la indiferencia
ya nadie ve al mirar, nadie se ve.
Se olvidó caminar, ya no hay camino
de tanto aligerar pasos sin huella.
Perplejos viandantes, entre niebla,
galopan sueños rotos, sin destino,
tratando de alumbrar con oro y vino
angostos corredores de tinieblas.
Tornóse el alma errante peregrina
en busca de otra luz en esta Tierra,
intensa luz solar deshabitada
que a disipar aspire sus miserias.
¿Será el amor al otro y a uno mismo
origen y crisol de esa quimera
o habremos de esperar a que la muerte
nos permita alcanzarla en las estrellas?
MASCARADA
Tristeza solitaria,
errante risa,
miradme aquí yacer
sintiendo nada:
Amanece de nuevo a través del cristal.
Helado madrugar de siniestras figuras
que intercambian miradas asombradas
en busca de una respuesta a su locura.
Tratan en vano de hallar una sonrisa,
algún gesto desnudo y verdadero
que arrope la frialdad de su silencio.
Inocencia exiliada,
espera rota,
miradme aquí yacer
sintiendo nada:
A fuerza de ser cosas no son nadie:
tan sólo representan su existencia.
Asumen el papel sumisamente,
respetan sus miserias, complacientes,
degustan el dolor y la alegría
en dosis con aséptico envolvente.
Como dioses, se premian y castigan,
se valoran y juzgan mutuamente,
se aman y se odian,
se encumbran y derrotan,
se crean y se matan.
Utopía marchita,
hoja otoñal,
miradme aquí yacer
sintiendo nada:
En el atardecer, de nuevo ellos,
asoman levemente su cansancio
a través de ventanas ojivales,
empañado el cristal por el rubor tardío.
Se escapa el día...
Y no fueron capaces de huir con él.
Se ahoga el llanto...
Y la fuente se seca antes de serlo.
seguirán así,
mirándose de lejos
para ocultar la humedad de sus ojos,
odiándose de cerca
para explicar el vacío en sus manos.
Sólo la noche descubre sus rostros:
En la soledad de los cuartos
surcos de sal en sienes palpitantes,
manos inseguras
aferrando los sueños...
llamaradas de vida
surgen de las sombras
y reclaman la esperanza en un mañana.
Tiempo invocado,
espacio de palabras,
miradme aquí yacer
sintiendo nada...
INTRAMUROS
Las luces se van apagando,
las voces se van extinguiendo...
En un mundo de ciegos y de sordos
nadie necesita la luz ni la palabra.
Para quién, pues,
el sol de la mañana,
para quién el grito de la Vida,
para quién... mi sonrisa.
Entre muros de silencio
vagaré eternamente,
de salón en salón,
de teatro en teatro,
junto a oscuros comediantes
de enmascarado rostro,
de uniforme guión
sobre único escenario.
Compartiré con ellos la agonía:
Nos veremos caer,
sobre mullida alfombra,
el rostro descompuesto
en una mueca de hastío,
de incertidumbre...de miedo.
NADIE
Cada día me encuentro más con Nadie.
Y es que Nadie se asoma a todos los balcones,
me acecha en las esquinas y portales,
entre la multitud, a pleno sol,
u oculto en la penumbra de los bares,
como una sombra más huyendo de la luz
que el tímido neón inyecta al aire.
Dónde están los demás,
sempiternos colegas, amigos de la acracia
que conmigo brindaban, parece que fue ayer,
junto a esta barra hoy triste y solitaria,
por mantener con vida la palabra
sobre los tajos, sobre las calles viva,
sobre la piel, la sangre... sobre las Utopías.
Sólo Nadie acompaña mi brindis de nostalgia.
¡SIEMBRA!
Alguna vez seremos más que sombra?
Alguna vez seremos más que en otros lo mismo?...
Quizá sí...
tal vez el día que recojamos juntos la cosecha
y no sea el poeta labrador solitario
sembrando una esperanza desoída,
quizá sí...
tal vez seamos entonces.
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que te comenté. El título del conjunto sería el del primer poema: "A esas
voces solidarias" Un saludo desde la atalaya del Cantábrico