pasajero de agua
 

- - - - - - - - 1 de 2
1 - 2
 

 

 

es sexo
 

Tu mano que se levanta y se mueve lentamente entre las sábanas, es sexo

Tu pierna vacilante entre la zapatilla y mis muslos es sexo, es un sexo

La espalda apretada y tibia, blanca, como si pudiera cantar una nota fina,
y explotar

un sexo majestuoso el que llevas en tu espalda de durazno (tallada obra
fina)

Senos que han sido separados por un vado de vino y carne, es un sexo
inimaginable, silencioso 
asfixiante...

Y un beso en mi mejilla es un sexo penetrante, un deseo para mi falta de
caricia, un beso que hace amarte

Tu cuerpo personifica a un animado sexo,
muerto y sencillo,
amoroso y con instinto
sexo extasiado, sonriente, tranquilo
 
 
 
 
 

r e e

Reencarnar en ave para llorar
Reencarnar en hijo para viajar
Reencarnar en látigo para poder amar
Reencarnar en eco para iniciar

Reencarné en ave y pude nadar
Reencarné en hijo y volví a caminar
Reencarné en látigo, y no supe más
Reencarné en mujer para dominar

Muerto en ave para cantar
Muerto en hijo para ser ángel
Muerto en látigo, ¡y aún sigo perdido!
Muerto en mujer, para soñar como hombre

... nacer algún día para variar
 
 
 
 
 
 
 

Anhelo
 

Mí vida por una sola caricia,
sin embargo no reaccionas,
¿será, tal vez mí apariencia
que no altera a tu persona?

Mí cuerpo yo te ofrezco,
en tus senos soy carnada:
pescadora tómame preso
de tus redes, de tu almohada.

.... me desgarras
cuando me toca tu mirada.

La despedida es eterna. 
he renunciado a vivir;
no importa algún mañana,
ni mí sangre, ni su existir.
 
 
 
 
 

pasajero
 

Pobres y oxidados mis pies, por tanto andar de años sin encontrar una patria
para ahí caer

voy de pueblo en pueblo por las carreteras, con choferes de camiones.  A
veces en la oscuridad de una cajuela.

Borracho de dolor mi corazón, salgo  y entro a las cantinas escuchando la
misma pinche música, el mismo puto llanto de tequila que vomito.

Soy vago por tiempo indefinido, no tengo algún permiso ni mucho menos
destino.

Trato de buscar mi rancho, La Purísima, entre sauzales coloridos y cerros
apretados de flor.

Ya oigo a la muerte que poco falta, ahí viene atrás de mi la cabrona fría...

¡ahhhhh!, que sucavecito me imagino acostarme en la tierra y el incienso,
acomodarme para que apriete bien el petate y no dejar miedos sueltos.

¡Ya mero, ya mero!, dos días a pata por el cerro.
 
 
 
 
 
 

hombre y mujer
 

No quiero escribir
de nada ni de nadie,
me niego a dormir,
y no quiero soñarte.

Guardé mis dedos en el tintero.

Quizá fue el calabozo
suave de tu escote, eso
es mejor: esclavo que
quijote.

Hablo de una mujer en común,
tan sencilla y desmaquillada
que la confundo con la hiedra.

Emigra tu aliento sin 
pasaporte, indocumentado
aroma a yerba buena.
 
 
 
 
 

Si dices que la roca es
terciopelo, yo digo que sabe 
a hueso; tú estás ardiendo,
bien, iré preparando los rezos...

Tejo una historia,
tú cortas el cielo,
hablo de amor,
tú muerdes mis sueños.

Suelo descifrarte a través
del agua.

Eres un tacto volcánico
entre mis hombros,
no das ni un paso y
ya me estoy quemando.

Sal de mí que tu cuerpo necesito.
Gimes como si de eso
se pudiera remediar la oscuridad;
hablo de heridas, fumas mi sangre,
no me entiendes...
 
 
 
 
 
 

Estoy sediento, pido perdón y bebo tus pechos.

Nadas hasta ahogarme,
hago hielo tus desaires;
dices no, pido el sí,
nos quedamos como antes,
en la cárcel de nuestros pretextos.

¡No puedo!,
¡lo niego, protesto! total, me ves,
te huelo, besamos los cuartos
y los ceniceros.

Simples nuestros cuerpos:
cuando dormimos nos tememos.

Me imagino que has de golpear 
las fotos, maldecir tus labios
por tocar mi puerto.  Olvídate
de todo, total, siempre lo hemos 
hecho.
 
 
 
 
 
 

Quieres estudiar economía,
¡ muy bien, bravo!,
te recuerdo que soy arquitecto:
mientras más me hables de porcentajes y cálculos
yo te proyectaré mis anhelos.

Te gusta la moda, a mí los zapatos
que usas como copas de centeno.

Viajas al mar, yo me quedo
en el concreto; me pides que vaya,
mujer, ya está mi cuerpo adentro...

Me engañas con otro,
me platicas que lo amas,
mientras afilo mis dedos.
No es cierto, no es cierto.
Total, mejor niego.

No quería hablar de tí
y vez que lo he hecho;
mujer que ama a un hombre,
y un hombre que quedó
mintiendo.
 

El correo del otoño me
dice un recado: dice te espero.

Mujer, ya eres tiempo,
yo calendario,
lo nuestro viento.

.... vivimos como
polvo en la esquina del sur, 
paralela del recuerdo.

Detesto los días,
al igual que tú los helechos;
mujer y hombre, conversándose,
evadiendo la realidad,
viviendo riñas, amándose
con defectos.

No quería escribir y acabé
huyendo a tus manos,
aproximándome a tus restos.

.... hombre, ven, aquí te espera mi cuerpo.
 
 
 
 
 
 
 
 

Subject: RE:_Reciban_un_saludo_desde_México
Date: Mon, 8 Jan 2001 13:23:16 -0600 
X-Mailer: Internet Mail Service (5.5.2650.21)
Mi nombre es Ivanovich Torres, soy Licenciado en Ciencias de la
Comunicación y tengo 23 años. 
Quiero ser tomado en cuenta para participar en su página tan interesante y
agradable. 
Si me lo permiten, mando tres trabajos para que sean evaluados
y en su caso publicados. 
Señores, amigos, muchas gracias. Ivanovich_torres@mural.com
Guadalajara, Jalisco.  México
Me parece excelente, pero antes que nada agradecido...
Mando tandas de 4 mails con tres poesías en cada uno de ellos.
Amigos, muchas gracias y estamos en contacto.

 
 
 
 

de ivanovich torres

a 31 enero 01

 

volver a página principal
   

 
 
 

#poesiasalvaje.com
® todos los textos son propiedad registrada por sus autores