observarte y no poder tocar
es mi juego en el amanecer
tú aún dormido y yo muy levemente
asciendo la loma de tu costado
esculpo la amplitud de tu espalda
con mi mente
busco imperfecciones que amar en tu piel veo
de cerca las costillas y el corazón adentro y pienso
que tu jaula es la mía
amor
usa tus dos manos
así baila
y hazme cuenco
méceme y embiste luego
como tú sabes guíame seguro
sin miedo
quieres luz para devorarme
mientras me buceas y tus ojos
se sorprenden siempre de mí
cuando te corres
yo nunca me quiero duchar
tras tenerte adentro llevo
en mi piel tu sudor en mi vientre
tu semilla y tus lágrimas
como el rastro del caracol
en la mejilla
la costumbre hace estragos, amor
no te lamentes de los hombres de mi pasado
ni de lo que tu llamas sin saber
gestas de leona
pues soy muy dada a la fantasía y
quizá sin ellas creyera
que llega hasta el mar
la madreselva
cómo odio tu silencio
me obligas a trabajar en él
como esculpiendo niebla y libro
tales batallas con reflejos y sombras
no me castigues más
déjame llorar
ya
mi bien
¿cómo puedo yo,
yo, que soy toda corrientes y regueros,
amar a un hombre tan poco fluido?
quizá sea esa negación de todo
excepto de mí
lo que me ciñe
o la lujuria sorprendida por la consistencia,
por esa seguridad sin fisuras de quererme
o tu bondad
¿me permite usted, señor, descubrir su bella alma?
sé que anda por ahí
como anda en el aire del crepúsculo
el poema más hermoso de mi vida
¡siempre la misma historia!
yo que quiero ser Venus de mármol,
vacío lugar de encuentro del alma y el deseo,
y la vida que se me presenta en bloque,
y la necesidad que me desborda de poner
cincel y corazón a la obra
aún no comprendo cómo te atreviste
a recoger con tal lentitud
la gota que cayó en mi pecho
cuando bebía
aquél día,
hace ya cuatro veranos, amor mío
está visto que el deseo espolea
la osadía
dejé que el amor se convirtiera en palabra
por soñar planetas y ser otras
por vivir más vidas y por miedo
a tener ya sólo
recuerdos
y porque quería descansar y ser
estatua
un momento
pero
lo tengo ahora entre mis brazos
y late como la luz que alumbra
nuestras historias
las de todos
te dejaré estar a mi lado
donde construya mi hogar
en el mundo final en que estancan
los movimientos y proyectos
su misterio
allí esperaremos las idas y venidas
del sol en su ciclo mientras la marea
lame despacio los materiales de nuestras
obras, el hierro y la piedra, la madera,
y hace de ellos otra vez
agua y aire
siento vergüenza de esta paz
como si la humildad se exhibiera
y pudiera ser lluvia sobre los que penan
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