No sé si soy el medio o el fin. No sé si soy la liturgia o el mal, pero mi falo místico, como un pez de la orgía, come la hostia de Dios: eco de Poliphemo en los abismos. Despierta Leda, Galatea, Helena--candelabro en manos--las furias d'Eva que supuran sebo de vela, semen de Dios en el sabor amargo de la sangre. No sé si soy culpable o inocente, místico o no, la orgía de la luz, la luturgia de la muerte que me quema cisne (luna de Venus que navega en el espejo): Dios es escéptico como una muchacha. II No cree en los hombres (ni en los poetas que se festejan a sí mismos). Dios no cree en las páginas amarillas de la telefónica, ni en la muerte, ni en el amor, ni en la radio. Dios no cree en el otoño ni en la primavera. (Dios no cree en la Biblia ni en el Corán.) Dios es oscuro como el ombligo de una muchacha. Dios cree en la fiebre (como lo lirios que conducen a la vulva). Dios no paga los taxes, ni apoya a los curas, ni a los secuaces, ni a escarnecedores. Dios es ligero como una cigüeña. Dios es brutal como la sonrisa de los niños. III Dios es ciego, Dios es manco, Dios es cojo. (El mar es un veneno como los niños que fabrican castillos en l'arena.) El sol es un veneno que cría bestias en un planeta pequeño. Orar es un veneno (están rogando por la muerte de los hombres). La dicha es un veneno cuando s'edifica en la tristeza. La poesía es un veneno cuando el poeta se masturba en lo precario de su nombre. (Dios no es un concurso. La poesía no es un tanque. La muerte no es un héroe.) Alguien está sembrando tulipanes. La lirios cantan la luz del III Señor en la alegría de los niños que no han sido bombardeados. Dios se ha marchado del cielo. (Dios se ha marchado del infierno.) La primavera aguarda en la grieta de los árboles a que la sangre pase en la boca de las madres. Dios se ha declarado Terrorista de los hombres felices que aun lo escupen, lo registran (Dios no cree en los muñecos de nieve), lo espían en Internet y en las bibliotecas vacías. Dios no cree en Dios, ni en los espantapájaros que gobierna. El cielo se ha llenado lilamente de chiringas amarillas. IV La procesión avanza con la calavera azul hacia el infierno. Dios no cree en sus gritos, ni en su mirra, ni en su llanto. Dios no cree en el Viernes Santo. Demasiada luz sobre los muertos. Demasiada oscuridad sobre los vivos. (Hay un caballo bermejo esperando en las esquinas. Los secuaces se flagelan y comen hostias como chicles y comen cóagulos, tuétanos, y venas). La primavera se llena de rosas y niños que no fueron saqueados una mañana de marzo en las calles añejas de Irak corren felices detrás de los conejos de Easter. V Los ateos y los cristianos se beben la sangre de los niños derramados. Los cristianos, negros o blancos, se beben la carne de las mujeres derramadas. El Señor está delante de nosotros. ¡Calle delante de El toda la tierra! Cada cual mate como propuso en su corazón: las orquídeas se han llenado de sueños azules o amarillos. Puerto Rico es un ghetto de mercenarios pasivos que festejan a la muerte. Los niños cultivan amapolas y los flamboyanes (del Señor encojonado) llenan los cielos de una flor que se parece a la muerte. Dios se ha podrido en la boca de los santos. El Viernes Santo se ha llenado de aviones. 18 de abril del 2003 Nueva York |