cantos profanos - - - - - - - -
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SOY VENENO Soy la daga del suicida, soy tu tempestad inerte, soy el ángel de la muerte, soy quien te roba la vida. La muerte ronda en mis venas: veneno son mis palabras, mis intenciones: macabras; soy fuego de las condenas. Muerdo a los que me alimentan; tengo cola de escorpión, y su maldito aguijón hago que todos lo sientan. Soy ponzoña, soy veneno, soy azufre corrosivo: mato lo que concibo, quemo lo mío y lo ajeno. Soy mortandad, soy veneno; decidme: ¿para qué valgo?, ¿acaso yo sirvo de algo? Soy escoria, soy veneno. SIN SOLDADOS Detrás de un disfraz, y tanto que hablar. Con un antifaz queriendo escapar. Ayer desperté queriendo matar, pero hoy perdoné en duelo fatal. Las flores del mal nos dan a tragar. Con voz desigual no hay como luchar. El rojo panal se ahoga en el mar: desidia global, ¿y el duelo final? LA SOMBRA DEL ASESINO La sombra del asesino hoy se levanta con ira de mi negro corazón. La sombra del asesino se cansó de la mentira y hoy canta su maldición. La sombra del asesino: instinto del animal en mi corazón marchito. La sombra del asesino en mi sangriento puñal, en mi pasado maldito. La sombra del asesino sed de sangre conocida con aire de maldición. La sombra del asesino sed de muerte desmedida, hambre de desolación. MÚSICA NEGRA Metal fino en mis oídos, melodías de los dioses, notas negras entre voces de sortilegios prohibidos. El orfeón de los cuervos: fuego que rompe grilletes, y quema burdos juguetes a los mediocres y siervos. Negro refugio interior, escudo contra burgueses y contra estúpidos jueces que cortan nuestro sabor. Fuego de mi corazón, música negra en mi frente: camino del disidente, nuestra infinita pasión. EL SELLO Maldita la sociedad que se roba nuestros sueños: los cerdos son nuestros dueños entre mierda y mortandad. Máscaras e hipocresía, bocas mudas, ojos ciegos, pies descalzos, tristes ruegos dónde el llanto es herejía. Eres parte del rebaño o te comen las pirañas, tejes negras telarañas o sus dagas te hacen daño. O te marcas con su sello de papel y de metal, o su espada demencial corta de tajo tu cuello. JUGO DE SERPIENTE Los gnomos y los duendes se funden en la gota que gloriosa rebota por donde tú no entiendes. En tu lengua reposa, como un rayo de luna que llene tu laguna, sagrada y victoriosa. La gama de colores: salvajes y brillantes, ocultos y distantes; te baña de sabores. Veneno de serpiente que muerde tu garganta y te envuelve en su manta de estela disidente. NEGRO HORIZONTE La sombra de la muerte de nuevo en mi ventana, su figura profana entra en mi mundo, inerte. En mi negro desierto naufragan los colores, se pierden los sabores: todo en él está muerto. El mar de la serpiente me atrae, cual sirena, a purgar mi condena de eterno disidente. En mi mundo profano ha triunfado la muerte, está echada mi suerte: mi lucha ha sido en vano. NUNCA MÁS Como dijo el poeta: en el busto de Palas se posaron las alas del oscuro profeta. El dintel de mi puerta es la casa del cuervo que me convierte en siervo de mi vida desierta. Sus palabras malditas calan hondo en mi pecho, estremecen mi lecho con esquirlas benditas. Nunca más, nunca más mi vida será igual gracias a su fatal: nunca más y jamás. SOMBRAS Y TINIEBLAS Mi vida es un naufragio infinito: si hay un infierno, yo estoy en él, pues mi mundo carcome mi piel más que un fuego tenaz e infinito. Cada vez que tengo algo en mis manos, algo que alumbra mi oscuridad, se evapora con negra crueldad entre vientos tristes y profanos. Soy un juguete del cruel destino; lo único que me salva es la muerte: de mi destino de luz inerte, y de mis mares de oculto vino. Perdido entre el humo venenoso de un cruel laberinto sin salida, sólo espero terminar mi vida y dejar mi mundo tenebroso. POR LAS TIERRAS DE ANUBIS Por cien años estuve perdido en las tierras de Anubis, practicando juegos profanos con mujeres de alhelí. Los dioses lanzan tormentas que han destrozado mi piel; la muerte acecha en la senda del templo de Abu-Simbel. Escamas de áspid y cobra cubren el Nilo y los lotos; el orgasmo de Cleopatra profetiza mi destrucción. Cuando las estrellas lancen de nuevo su luz inmortal, mi sangre habrá desatado la cruel furia celestial. TRÁGICA LUZ Siembra la luz en mi ventana, al despertar cada mañana, un viento de desilusión: tormento en negra maldición. Una laguna cotidiana al pie de mi sangrienta cama, me absorbe en aguas de tormento: se traga el fuego y el deseo. La luz despierta la mentira: las máscaras que el mundo admira; regresan los negros tormentos, me envuelven lúgubres lamentos. Tierras de fuego, sin salida, revelan la verdad más cruda: que nuestra noche terminó, dio paso al llanto y al dolor. PESADILLA Extraña es mi mente, extrañas mis palabras y vivo encerrado entre voces macabras. El triste silencio es mi fiel compañero y agujas profanas perforan mi cuero. Mi camino es la senda del disidente y mi sangre es el jugo de la serpiente. Mi mente se funde en acero y en roca y residuos de whiskey adornan mi boca. Me escondo en las nubes, me pierdo en el viento y vivo en los mare de mi pensamiento. Escucho el llamado de dulces sirenas, pero estoy preso entre profanas cadenas. Extraña es mi mente, extrañas mis palabras y vivo encerrado entre voces macabras. Mi vida es sólo una antesala de muerte, o una pesadilla: ¡qué alguien me despierte! EL VALLE DEL SILENCIO Un río de sombras y sangre, un valle de eterno silencio, un cielo de oscuro tormento, mi vida: un eterno desastre. Oculto entre hielos eternos, mi solitario corazón palpita con negro dolor, entre espinas y sortilegios. El valle del silencio, inerte, se oculta, mas nunca se pierde, en los estanques de la muerte; encerrándome para siempre. Me oculto en el valle desierto de los demonios de mi mente, y de un mundo que yo fabriqué escapo en las noches de barro. CADENA PERPETUA La rutina del país de Morfeo en la casa del sol y de la cruz; nuestros ojos se cierran a la luz, en las voces de siglos ya no creo. Las trivialidades y estupideces me cubren los ojos de sangre y sal: ya no existe el bien y no existe el mal entre tabúes rotos y sandeces. Y el vómito mezclado con veneno que se cubre con un negro capuz, todo muere en aquel rayo de luz: muere la noche y muere el desenfreno. Sí: nos escupe el sol y nos embiste, nos encierra en una prisión fatal, y nos lame con su lengua letal en la oscura prisión de sombra triste. SI MUERO ANTES QUE TÚ MUERAS Si muero antes que tú mueras: escupe sobre mi tumba, profana mi triste nombre dejando un rastro de sangre. Si muero antes que tú mueras: no cruces mi negra senda; arroja espadas de cobre sobre mi cuerpo ya inerte. Si muero antes que tú mueras: no cubras de oro mi tumba; mi cuerpo lanza al estanque de los lagartos voraces. Si muero antes que tú mueras (como yo espero que ocurra) no quiero verte ya triste: pues mi vida ha sido muerte. EL INFIERNO En el infierno no hay llamas ni demonios, no hay vampiros ni cíclopes unicornios; en el infierno hay niños tristes y hambrientos, ancianos enfermos, mudos y sedientos; tiernas niñas en burdeles clandestinos, ricos que roban a los pobres campesinos la tierra sembrada con sangre y sudor; caníbales que prueban nuestro dolor. En el infierno no hay cuernos y tridentes, no hay cuervos gigantes ni fuegos ardientes; en el infierno hay ladrones de la mente y espadas que persiguen al disidente, balanzas inclinadas por billetes, inocentes condenados a grilletes, deudas que pagar y trabajo que hacer: nada que ganar y todo que perder. En el infierno los cerdos son los dueños de nuestras metas y también nuestros sueños; en el infierno los supuestos cristianos entregan su mente a los jugos paganos, en el infierno su dinero maldito es colocado en el altar más bendito. Yo lo conozco como a mi propia mano, pues yo he nacido en este mundo profano. NEGRO En el negro infinito. fuego, sangre y desidia, gotas de eterna envidia y un desierto maldito. Bajo la oscura luna, el sombrío tormento nubla mi sentimiento sobre la negra duna. Entre el fúnebre viento y entre las hojas muertas busco puertas abiertas y busco un sentimiento. El canto de la luna siembra el negro deseo, destruye lo que creo como espada ninguna. CUANDO YO MUERA Cuando yo muera habré pagado mi cruel condena. Cuando yo muera todo el pecado será mi senda. Cuando yo muera: lúgubre viento sobre mi tumba. Cuando yo muera: lluvia de barro sobre mi cara. Cuando yo muera habré dejado mi negra celda. INEVITABLE Hoy la muerte camina por las cordilleras más altas y por las ocultas llanura en busca de blancas estrellas. Hoy la muerte camina. Camina por las calles, acecha como un lince sembrando negras semillas con piel de quimera, dejando un manto rojo entre las negra sombras de cada cuerpo, inerte. Todas las caras, todos los tristes cuerpos tarde o temprano caen en las garras felinas del camino perdido. Ni tú, ni yo de su lúgubre mundo escapamos. EL SACRIFICIO Por no cerrar los pétalos la flor fue polinizada, ahora la fruta prohibida debe ser sacrificada. Los inocentes lamentos no servirán para nada, pues una vez destrozada no será resucitada. Entre los ácidos jugos: una muerte prematura, con colmillos de quimera derramaron sangre pura. Por no cerrar los pétalos la flor fue polinizada, y ahora la luz de la vida deberá ser mutilada. LA FUGA Levantemos el vuelo sobre las negras dunas, escapemos del mundo y de sus tristes guerras, y quememos el viento que proviene del norte y contiene veneno. Que la sangre nos lleve, bajo la noche negra, a derretir las nieves de las oscuras ramas del árbol sumergido en el llanto y la guerra. Tantas penas libramos para que vuestra reja nunca más nos divida; y nos hemos perdido, entre lluvias y mitos, en las huellas de un viaje. PARANOIA Ha penetrado, profundo, en mi pecho, con sus malditas y crueles esquirlas, oscureciendo mi ya negro cielo, y ha dejado un gran peso sobre mi alma. Atacándome de noche y de día con el sonido de sus negra alas y arrastrándome cerca de la demencia con sus ojos y con su negra cola. Solitario, en mi cercado desierto, perseguido por manadas de chacales; y encima, sobre mi oscura ventana el ave negra destroza el paisaje. Tan traicionero como un nuevo camino y tan embustero como las sirenas: las plumas que de sus alas se desprenden despiertan la negra paranoia. EL SUICIDIO La sangre que escapa de mis venas envenenadas por la morfina, profanando la espuma divina, aprisiona en el ocre mis penas. Se va la vida: ¡adiós sufrimiento! no más desprecio y no más deseo, no más licor ni flor de Morfeo: todo un mundo se va con el viento. Como un negro y oscuro desierto es mi mundo, fatal e inhumano, y al pensar de que todo es en vano, me pregunto: ¿qué mal sufre un muerto? Yo despierto entre negra crueldad y descubro que todo es mentira, que fue un sueño acabar con mi vida y debo enfrentar mi realidad. EL BOSQUE MUERTO Vagando en el bosque muerto: en silencio están las hojas, las flores color de sombra y con tu llanto las mojas; entre lo cruel y lo incierto la negra noche te nombra. Lanzando un lúgubre grito, al verte sólo y perdido en la caja de Pandora, despiertas al desnutrido mundo fugaz e infinito, sin el color de la aurora. Nunca termina la noche en éste bosque maldito: el tiempo muere y renace y, como un mundo proscrito bajo el altar de la noche, la tempestad te deshace. INFIERNO TERRENAL Un cielo de espanto y amargura, un río repleto de ponzoña, un valle de hachís y de amapola, un alma cargada de locura, un cuerpo que sirve de carroña; mi vida: sin tallo y sin corola. Un trago de venenosas mieles, un sorbo de bruma ambivalente, colmillos de venenoso ofidio, la soga de hipócritas y fieles, navajas de filo displicente: ¿mi vida o el oscuro suicidio? Los restos del oscuro tormento, secretos de un embustero amor, oscuros y efímeros placeres, prisionero de un fugaz momento, esclavo perpetuo del dolor; mi vida: laberinto de ayeres. CIRCULO VICIOSO Nacemos para vivir, vivimos para sufrir. Sufrimos para luchar, luchamos para ganar. Ganamos para vencer, para tener el poder. Dominio engendra deber, deber implica perder. Perder nos lleva a soñar, soñar incluye desear. Desear nos pone a sufrir, sufrir empuja a morir. REVOLUCIÓN La guerra comienza: vencer o morir; la crisis empieza: matar o sufrir. El capitalismo absorbe el sudor, con su despotismo cosecha el dolor. La justicia es ciega y no pede ver al pueblo que ruega, que quiere comer. Escucha el sonido, la roja canción: burgués, has perdido toda ostentación. La guerra comienza con sangre y pasión; el camino empieza: la revolución. LA EMANCIPACIÓN Negra y sangrienta melancolía, amargo licor: suave tormento, noches de oscuras sombras de muerte, peregrino sin rumbo y sin suerte, prisionero de mi pensamiento; soy esclavo de su tiranía. ¡Oh! cruel dolor, tenaz agonía, cual fieras fauces de un vil dragón me mutilan colmillos feroces y fuegos eternos, de maldición, hacen arder mi mente sombría y me vencen cual lanzas veloces. Sólo la muerte me salvará de ésta condena, de ésta prisión que me destroza tan lentamente; sólo la tumba me librará, será mi fiel emancipación, del amor que atormenta mi mente. ¿ERES FELIZ? ¿Eres feliz en éste mundo? ¿Si?, pues no deberías serlo, porque, aunque no quieras creerlo, la tierra es un lugar inmundo. Hoy han nacido niños muertos, hoy han violado a una mujer, y mil personas vi caer degolladas en los desiertos. En las calles reina la hambruna, y en los bosques de nuestra sierra estalla la sangrienta guerra, tan cruel como espada ninguna. La peste se mezcla en el río y el cáncer nos ha degollado. Ahora que me has escuchado, ¿eres feliz, amigo mío? JUSTICIA DIVINA ¿Cómo te atreves ha llamarte su padre después de haberle robado su inocencia? Tú, maldito fruto de la decadencia, tienes el valor de llamarte su padre. ¿Acaso piensas que ella te pertenece y que puedes profanar su dignidad? Hedonista, vampiro de la saciedad que alzas el vuelo cada vez que anochece. Sólo para saciar tus bajos instintos has manchado la pureza de una niña, te has lanzado como un ave de rapiña entre los gritos sangrientos e indistintos. Pero ahora, en la prisión de la sodoma, pagarás miles de veces tu delito, y cuando acaben con su sangriento rito te dejarán bajo el sol y la carcoma. TERROR Un segundo se prolonga una eternidad, ¿será éste el día en que mi hora ha de llegar? El terror se apodera de mí, no creo merecer un segundo así. El olor de muerte llena mi habitación, mi cuerpo tiembla lleno de consternación. El terror se apodera de mí, no creo merecer un segundo así. Hierve mi sangra como magma volcánica, la muerte me envuelve con su sombra agónica. El terror se apodera de mí, no creo merecer un segundo así. Ahora que me consume el negro dolor, me pierdo en los valles de la profanación. El terror se apodera de mí, no creo merecer un segundo así. ESPEJISMO La vida es un espejismo que marchita la realidad. Tu cuerpo es sólo un vehículo en el que viaja tu alma. La carne es alimento para gusanos, el alma inmortal. Imaginas lo imposible y te pierdes en espiral. ¿Temes que la noche te guíe al sueño sin final? Recuerdas un lugar al que nunca fuiste: quizás ¿en otra vida? Tu cuerpo vaga sin rumbo por el espacio sideral. Te carcome la incertidumbre: ¿es ésta la realidad? Lo que te parecía un sueño, es posible y cada día más real. JAMÁS El pájaro nunca vuelve a su jaula, aunque sea de oro. Las olas no se detienen aunque el cielo pierda equilibrio. El cielo nocturno es negro aunque la luna se queme. No hay lágrimas en mis ojos aunque sepa que tú no vuelves jamás. El río arrastrara piedras aunque no te bañes en él. El barco zarpa mañana aunque el azul se vuelva café. Cada día miles se mueren de hambre por la pobreza y tú nada puedes hacer; ya que importa que tú no vuelvas jamás. Las guerras no se detienen aunque el mundo se parta en dos. Los árboles siempre crecen sin necesidad de tus manos. Sólo por un beso tuyo no habrán lagunas de sangre. No hay lágrimas en mis ojos aunque sepa que tú no vuelves jamás. EL BESO DE LA MUERTE En la corola negra de un nenúfar terrestre se encuentran las mazmorras de mi alma disidente. Ligado al jarabe del mal, en un bosque tormentoso, se revela la realidad tras el blanco humo lechoso. Su jarabe nos mata muy lenta y tiernamente. Prepara bien tus venas para el beso de la muerte. Varado en un grano de sal que me somete al horror de la rutina sin final y el naufragio del terror. OJOS VENENOSOS La noche es un tiempo perfecto para la sombra de la muerte, las espadas de los demonios, los colmillos de la serpiente. Las pesadillas pueden matar tu cuerpo y alma en la oscuridad. El viento sopla bajo el suelo, las ventanas están abiertas y los cuervos siembran el miedo, con alas negras de venganza. Los colmillos de la serpiente: las pesadillas de la muerte. Siento los ojos venenosos acechando en mis pesadillas, derramando jugos profanos desde sus vulgares espinas. Negras sombras de calamidad. pesadillas de fatalidad. LA FRUTA PODRIDA Balbuceos en mi cabeza, y en un lenguaje esotérico resuena en estela opaca: cada palabra es un grito. ¿Por qué no puedo ser como tú? Voy nadando por las aguas tristes del río del dolor, tragando toda la bruma de incienso, de hierbas, de opio. ¿Por qué no puedo ser como tú? Déjame morir a solas; lo único que quiero es licor o el veneno de las hierbas, para no escuchar su voz. ¿Por qué no puedo ser como tú? Jarabe de adormidera, mis venas piden tu sabor; manzana de la discordia: pecado de Eva, dolor. ¿Por qué no puedo ser como tú? Una tétrica mirada que oscurece mis ojos hoy; mataría por otra copa, ¡maldita sea!, que asco me doy. ¿Por qué no puedo ser como tú?... y desechar por siempre la fruta podrida. EL ESPEJO Una cortina de vidrio encierra tu vida en el fondo del espejo. Tu alma por el mar abierto y las velas rotas: ahora no existe salvación. Una lluvia de noviembre, el espejo empañado: tu cuerpo se desvanece. El reflejo siempre miente, vives de su engaño y no puedes liberarte. La apariencia es embustera, pero los grilletes del espejo te aprisionan. En mazmorras de vanidad de nada te sirve buscar una oportunidad. LÁGRIMAS Como la oscura nube descargada en la noche del trueno deprimente, escupes lágrimas de la serpiente en mi oscura cama desventurada. Tus ojos escupen trémulamente rocío de prolíficos dolores, y aquel arco-iris sin colores oculta mi camino disidente. Tus lágrimas confirman mi sentencia, condena que enajena mi dolor, como grilletes a mi alrededor me encierran tras tus rejas de demencia. Tus ojos no son más mi paraíso, tus labios ya no son mi bendición, tus piernas ya no son mi redención: tus lágrimas se rinden al hechizo. LA HERIDA ABIERTA ¿Quién abrió ésta herida, flagelo letal? ¿Quién tiñó mi vida del color fatal? ¿Fue la decadencia de la sociedad o la triste ausencia de mi humanidad? Venus citerea, tu hechizo inmortal vuelve mi odisea eterna y fatal. Oh muerte, devora mi cruel realidad, y mi triste aurora de frivolidad. NEGRA REALIDAD La tristeza es mi mujer; soy esclavo del placer, prisionero del amor y proscrito del dolor. Sombras de desolación constituyen mi prisión, en mi negra saciedad sólo encuentro soledad. De mi cielo vi caer lo que no pude vencer; en el mar de la pasión surge la desolación. Jugos de amargo sabor amortiguan mi dolor; esa es la cruda verdad de mi negra realidad. EL MALEFICIO ¿Qué negro maleficio pesa sobre mi vida que no encuentro salida más que éste precipicio. ¿Quién escribió en mis venas sonetos de amargura y pintó mi figura del color de las penas? ¿Quién engendró el gusano del pendenciero amor y tiñó de dolor mi universo profano? Me lanzo al precipicio: eterna es la caída; abierta está mi herida gracias al maleficio. CUIDADO Tus perros comen carne y mis hijos basura; trabajo día y noche en tu maldita empresa y, ¿qué recibo a cambio?: sólo tu desprecio. Si me ves en la calle, me pasas por encima como si no existiese porque yo soy un paria, pero sin mi trabajo tú no tendrías oro. No soy más que un sirviente de sangre proletaria, y tú un burgués ilustre; pero si yo mañana por mis derechos lucho: mucho cuidado amigo. > > From: "Enrique Morrison" <zarathustra1669@hotmail.com> > Date: Sat, 07 Dec 2002 11:01:30 -0600 > To: salvaje@poesiasalvaje.com > Subject: cantos profanos > > aqui les envio una copia en formato de word del libro que termine hace poco, > y que llame "cantos profanos". este libro (como mis otros tres libros) no ha > sido publicado, solo hago copias para mis amigos, pero les mando una de este > pra ver que les parece. de Enrique Morrison a 6 de Enero 03 |
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