ni puertos

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son poemas
por ese paraíso de hambre y vagina 
esos brazos de sanitarios blancos
como truenos débiles, carnosos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Veinticuatro años para nombrar una  mañana,
imaginaste la luna y después saliste a verla. 

¿Y quién está detrás del placer, antes del mundo?
¿Quién construye un mundo sin ombligo y aún bello y desamparado como un dios?

Entonces este poema es determinado leche 
(absurda, impotente) 
desnuda, 
               
Se da en adopción al espejo
donde tu cara se afeita mal

Y también orejas de loco y andar de flan
y la verga como alcón
Cada deuda de tu cara, cada carie de tu boca,
cada reproche de cara del, cada rechaza del hable con voz hueca, 
¿para caminar los pies desnudos por cama vacía?
¿dialogar con un empresario imaginario sobre lo que no sabes y convencerlo?
¿ponerte triste, patético, correr por la vergüenza de la noche?

Tesis abandonada en la vereda indigna, ...así es la vida, la vida es eso...
le lloraste en la cara a la vecina: -¡buenos días! 
fuiste y viniste de un diálogo a otra inservible realidad,
de un poema a otro simulacro similar,
de desmentirlo a desmentirse desvestirte dormir.
de tu tumba milenaria al verdulero, de allí al almuerzo y la náusea,
de saberlo todo a discutir la nada, de no saber nada a discutirlo todo
y a que no te importe lo uno ni lo otro,
ni revelarlo decirlo escribirlo.
Ir y venir de una vida a otra inexperiencia, 
de una gambeta al enésimo dar-te a luz,
a los lugares con asientos o la comunión con las mesas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

no más del chico que por manos vacías aterra 
no más sábanas manchadas por el verso
por el viento cutáneo amaneciendo
no más fiebre amontonada en el bolsillo para casa

una niña
contiene tu vida en sus manos de jabón
lee ojos feriados
no versos a la vuelta de los versos

ni puertos, ni muelles
ni sirenas que en la noche reverberen
no hay donde
sólo adentro
en

ningunos puertos, ningunos malecones,
a veces sentís que fuiste hecho para la opaca loza
para el eterno monólogo
después llega el día, el cartero 

y no se va esa nube que te benda
y dura mucho el tiempo del por qué

no las campanas agrias y las bombachas corridas
el domingo destiñendo tus breteles
el hondo souvenir de tristes panteones pájaros
senos árabes nocturnos que soñás
esos besitos de la carne paula.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

moléculas fabulosas de infinito
de renegada poesía y de fuego
planchan las sábanas del tiempo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Si nos falta la vida,          
nosotros tenemos bastante nada          
no incluso el humo de la boca por el invierno          
, ni para soñar con Paula de las niñeces.        
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

paisaje lunar
nada de pies sobre tierra, viento que borre huellas
así le cantas al tiempo
las caminatas y el firmamento
los cementerios de cemento.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

ramas oscuras
días que ya se fueron
quedó tu cama
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

dos perlas llenas preguntan desde un espejo
las preguntas crecen como calambres 
desnudas te almuerzan lento, sin asco.
        
primero los brazos, los muslos
después las piernas.

tras la ventana miran detenerse el agua
buscan el momento de los otros
el reflejo
contarte la vida, por ejemplo 
y sin embargo el dolor
la paradoja tan caminata
para quién nunca los llantos     
        
la lluvia fue inventada.        
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

de simple ser sido      
encontraste letras en palomas de toda una tarde entera y gorda
suficiente carnecita  para la marea de la cosa abstracta

la tenue luna alcanzará para el beso
pensaste y te dormiste.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

nacieron soles
la madrugada al fin 
desesperó
 
 
 
 
 
 
 
 

Una pollera demasiado corta levantada por el viento otoñal de Lisboa.
Un farolito quemando pétalos de tulipan en Mongolia.
Un aire andaluz, de niña fugaz con nacidos hombros y faldas recogidas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

deberías ser completamente grito 
como lágrima
emanación de mariposas 
débil página que se busca
entera

chorro de sabia
labios para memorizar
todos los muslos

tiras de carne, de primas, 
de días que cuelgan como ropa mal tendida.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

la caída de la tarde
en un raquítico jinete convertida
muerde la palangana del patio

y ahí la flor del cactus
sola en el pensamiento.
 

  
 
 
 
 
 
 

en un balcón del pensamiento
tu niño se sienta a jugar y no dice
en algún lugar del pensamiento el niño sabe
aquellas aldeas tienen el miedo azul

es ahora que palpita inmerso en transistores y la cama aúlla como zanja
después va a nacer 
después cuando la lluvia sueñe que no tiene culpa ni amor   ,ni paz.
 
entonces cuando los sueños de lluvia que no hacen tienen ni ellos no acusan paz del    
   dueño de ,ni/  
afuera el mundo golpea y el sol late como rata          
    
calcinado
por siluetas vespertinas con senos pegoteados
y aire de dejado por la brisa
bebés

el sanguíneo rostro del encierro
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Veinticuatro años para agujerear una pared y espiarse un poco,
tocarte un rato allá donde no hiere,
revolucionar la casa con silencios demenciales.
¿Y cómo nombrar sino con asco, con rastro, con capa destruida?
¿Y quien puede nombrar después de tanta lluvia y viento y consideraciones
de la infante piel bajo la máscara de la poesía que se proclama PIEL durante años
y también lo que hay acá entre nosotros y no se nombra nunca 
lo nombra en sí la poesía que cree nombrarlo y hace un error?

Veinticuatro años llegando, sentándote y enmudeciendo hasta que la gente se suicida.

Veinticuatro locuras castigas por el verbo, resguardadas por el miedo,
reconstruyendo un plato de fideos y uno de lágrimas,
lamidos desmesuradamente por un perro,
el hocico ácido por tu sal,

te duele haberle pegado esa patada
y salís a la calle donde no estás,
donde confundís entre vos y vos,
prendés un cigarrillo y le ofreces al amigo de turno,
hablas esto aquello y miras se miran hablan fuman ven el día. 

Todo esto es asomarse a los volcanes en el paisaje de los suspiros,
la comunión con los umbrales,
esto y no esto, 
un poema una ausencia
la comunión...

¿Y quien no tiene una flor? ¿y quien no tiene a quien regalarla? 
¿Y Quién no se cansa por fin, agradece que amaneció y se duerme?
¿Y quien no besa, no abraza, no procrea? 

vos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

la fiebre velero amarillo  
aja tu carne depósito de quillas
las burbujas hierven los ojos        

esos barcos del calor 
navegan el espacio que no importa 
como el tiempo
porque la sola cosa creíble es la espera  
del cuerpo que no entiende.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

mesas afuera
si es un cielo de piernas mil
mesas afuera
si hubo una siesta de ojotas y un centro hermoso
y gozaron las lenguas ocultas, el agua chorreó
mesas afuera en los bares

porque la tarde tiene la culpa del perfume
dijiste lindo al espejo y sonreiste
y corriste hasta el kiosco y compraste un helado

mesas afueras
porque estan dulces los libros sobre la cama y la ventana abierta
y hay ganas de escuchar jazz en los autos y mirar la calle
las mesas afueras las chicas sentadas
las botellas amargas que hablan lomil veces dicho
no es verdad que tenes miedo
y es tierno dar vueltas en moto, parar a comer milanesas

mesas afuera
si es un recuerdo de almendras y aceite
mesas afueras
y si un amigo o amiga lo refiere es la verdad
hay mesas afuera en todos los bares del pueblo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Cuidado párpado
no abras tu sueño no
abras tus sueños
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

un hilo de aliento maduro
se acerca gateando
fuma a tu lado en la cama,

a veces te dice algo tu soledad
te dice que estoy sólo

la mirás, le sonreís

pero no has entendido nada.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

la casa respira
como una mujer dormida
recién desvirgada

y entonces está tu papá con tu mamá
tomando mates frente al televisor 

tu hermana se peina a orillas del espejo
tu sobrino nos salta desde ninguna parte

despertamos de misiones milenarias
inútiles, 
nacemos a un paraíso vulgar
a un deber la inmensidad mundana

cuando estamos faltos de vida
no nos alcanza nada
ni siquiera el humito de la boca en el invierno
ni soñar con Paula de las infancias.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Es ahora carne que te canta 
ahora es un canto de noche
un pájaro atrapado por la noche

es abrir las piernas como un barco / las velas
porque correr con los silencios hambrientos
es hartarse
rebolcarse en las palabras

alegría de camposanto
paciente, plácida alegría.

todos los labios juntos!

pero tus ojos tienen mil años
y tus manos no nacieron.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

las siestas

vos no

alguien penetrará esas diademas hará la noche
encarnará esas macetas con hambre benemérito
suero femenino de frutales culos 
abusada melodía de nalgas papiros del  verano surtido al vuelo
humedescencias del cielo inflamado 
y calzones de niña supurando durazneros. 

sólo miras
escondes en un cofre tu huerto.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Gabriela se perdía entre las toallas
naufragaban paladares en su cuerpo
pobre culpa de la siesta cubierta de desnoche

nacía de su abrazo tu vida
como el mundo de los senos de Jandira.

El de regreso siempre es el camino correcto
encontras un sudario de sus tetas
en pleno severo marinero cantar
de tu puerto varado.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

en sus homoplatos posaste toda pasión
en su espalda
ese alejarse de sus riñones colmados 
de su caminar
su paso, su corpiño que para cambiar de sitio sus lomos lejos         

agua que cae dale tus piernas
quiere decirse árbol urgente
deliciosa manteca que lo amanse para siempre.

golpea con las manos hechas ciegos.
      
      
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Veinticuatro años para ceder ante la república interna
confesaste el fin y soñaste con la cara postrada en la ventana
algunos techos y terrazas el griterío el inmenso sol

hubo todo esto, debalijan todo esto, lloras lo todo

los soldados que inbaden que llevan 
ordenando, limpiando desmantelando

que dijo no y se fue
que querías explicarle por que ese pasadizo así
esa habitación asá, ese espejo colocado ahí
que los calzones sucios
que los soldados disparan a lo lejos
que entran, que te llevan mudo.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

no saben mucho de la vida
apenas tronarle algunos dedos
escribirle hasta que mueren
y aunque la amen saben poco de la lluvia
y no es más que una lluvia
pero los hombres se mojan
y se quejan

Vas, ahora
a dejarle el pasto a los camellos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

los gritos están colgando de los barcos con garras a veces  evangélicas
cuando una ventana se abre los gritos se cuelan

nadie los escucha

Llegaron desde el fondo de una sola garganta 
los gritos

bolsitas en días de viento
pegados a los árboles, a los techos
gritos que se enganchan en los talones
que son usmeados por los perros

a veces alguien levanta un sócalo y encuentra gritos secos
amontonados
fantasmas de vacío, migajas de luna, lagañas
vasos de olvido.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

tan puntual como un muerto 
vas a buscar por consiguiente

en tus manos sirven el té oscuro 
meas la noche y murmuras -gracias.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

ha cesado esta noche la noria 
monte de venus, de piedad
monte de infancia.

despertás rozado por el borde cutáneo
de tu ausencia

has cortado el césped con las manos
la barba con las uñas
has dormido con los ojos abiertos
ambos cuervos en sus cuencos miedosos

las canillas habitan otro idioma
como dos locos en reposo

el problema es que siempre quisiste decir nada.
 
 
 
 
 
 
 
 

> From: Pablo Giordano <apablogiordano@hotmail.com>
To: <salvaje@poesiasalvaje.com>
Date: lunes, 23 septiembre 2002 15:22
Subject: colaboracion

Poesía Salvaje:
Va mi primer librito de poesía. gracias.
Pablo Giordano (24)
Las Varillas (Cba)
Argentina.


 
 

de Pablo Giordano

a 30 de Septiembre 02
 
 
 
 
 
 
 

 
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