Musas... Cuando las musas pasan de largo,
es porque tienen la cita ineludible
de encontrarse con otras musas.
Y en una orgía musitadadamente musalégida,
se enriedan musefándose,
se rozan musélidas,
se funden musíntricas,
se separan muselándose nostálgicas,
pasándose información secreta de unas a otras,
hasta quedar muséricamente exhaustas.
Cuando las sorprende la mañana,
vomitan excesos muséflagos
esperando con infinita musencia,
que algún poeta de mierda
se atreva a pasar la lengua
e invente nuevas palabras.
Cuchara oxidada...
La cuchara está oxidada
de revolver a la ira.
Se oxidó como la risa
que no aparece hace tiempo.
En algún enfrentamiento
entre lágrimas y risas,
la risa murió primero.
Y las lágrimas vencieron
por K.O, y sin quererlo
mataron lo que tenía
para ganarme tus besos.
Y ahora sí que estoy jodida,
sin tus besos, sin mi risa
y revolviendo a la ira
con la cuchara oxidada
que entre el humo y las cenizas
tal vez logre evaporarla.
Y me cago en medias tintas
y me cago en mis palabras
cuando salen y lastiman
y no puedo controlarlas.
Quiero tragarme la tierra
y que ensucie mi garganta,
morderé el polvo del suelo,
patearé a la mierda el alma,
y revolveré a la ira
con la cuchara oxidada,
hasta que desaparezca
y si ya no queda nada
tal vez, quieras perdonarme,
y espero que no sea tarde,
para tragar mis palabras.
Kristal roto...
Roto el cristal,
me veo multiplicada,
en triángulos perfectos,
en astillas diminutas,
en mil, en millones de partes,
infinita, peligrosa, hiriente.
No me toques
podría cortar tus venas,
y como vampiro sediento,
bebería hasta la última gota de tu sangre,
y sonreiría lujuriosa.
No me toques,
podría herirte si quisiera,
multiplicadamente filosa
cortaría tu piel en jirones,
comería tu carne,
solo para vomitarla
y untarme con el vómito,
y en gritos desgarrados
tu nombre sería conjuro.
No me toques,
tengo deseos de venganza,
seré impiadosa.
Simple...
Contundentemente simple,
estruendosamente silencioso,
lapidariamente vivo.
Revuelve las entrañas,
desgarra muros dolorosos,
desemboca en boca ajena.
Derramo el vino,
bebo la copa.
Sigo con cautela
el camino de la astilla.
Puedo verla cortándome
suavemente.
Me excita
esta persecución delirante.
Disfruto el recorrido
que sigue sin pausas escabrosas.
Y las gotas se hacen rio rojo,
espeso,
brillante.
Deseo pasar mi lengua en él.
Algo me duele ahora.
Y no es esta herida.
Tiemblo de pensarlo.
Adrenalina…
Mi pulso se acelera.
Hierve mi sangre.
Se ve el apetito en mis retinas...
Se huele el miedo al silencio...
Husmeo entre la hierba...
Espero agazapada
a mi presa...
Sacudiré el dolor
hasta matarlo...
Me vence la espera atormentadora.
El espacio se reduce,
hasta ser nada...
Y el movimiento se limita
a girar....
y girar....
y girar....
6:30 PM...
Hora postergable, impostergable,
ni temprano, ni tarde.
Hora incierta, ocaso previsible,
mediadora entre día y noche,
hora de no beber todavía,
de destrozar ilusiones,
de sacar la basura,
de revolver los cajones,
de lamentar lo que no hice,
de agradecer no haberlo hecho.
Hora de mierda,
hora de color dorado,
de sinfonía insectívora,
de placidez ansiosa,
de no quiero que me hables.
Hora en que no sé si quiero.
Te quiero a esta hora y a todas,
pero a esta hora un poco menos.
Mi muerte será antes o después,
me niego morir a las 6:30 pm.
No me gusta...
No llueve aún
pero está a punto
es de noche
y el cielo
se ve furiosamente rojo
y furiosamente te extraño
y extrañamente lloro
y lloradamente
lluevo
por dentro
No pienso abrir el paragüas
por si llueve
afuera
me gusta mojarme
por fuera
no me gusta
lloverme
por dentro
yo verme
lloviéndome
no me gusta
al menos hoy.
Radiografía…
Desde los pies
sube lentamente
trepando
por mis tendones
pasando
por los ovarios
el estómago
el corazón
la tráquea
llega a mi boca
y se subleva
en sentido inverso
bajando por la tráquea
el corazón
el estómago
los ovarios
los repulsivos tendones
los pies.
Y sube.
Pies.
Asquerosos tendones.
Ovarios.
Estómago.
Corazón.
Tráquea.
Boca.
Boca desesperada.
Desesperada boca.
Tráquea injusta.
Corazón partido.
Estómago anudado.
Odiosa anatomía.
Repugnante esqueleto.
Tomografía dolorosa.
Radiografía infame.
Te extirparé tristeza.
Te extirparé
con la furia de mis propias manos
y todos sus huesos.
No tengo ganas...
a veces no tengo ganas
de bañarme
ni de tomar cerveza
no tengo ganas de decir que si
no tengo ganas de saludar
de preguntar
de responder
no tengo ganas de abrir la puerta
de ver el sol
no tengo ganas de puntos
de comas
de cantar ni de escribir
no me da la gana
opinar
disentir
afirmar
abrazar
exponer
demostrar
no me dan ganas
de atender el telefono
de escuchar musica
de vestirme
de calzarme
de insultar
no me dan ganas de llorar
ni de pensar
no me dan ganas
de mirarme al espejo
de soñar
de reir
a veces
no tengo ganas
no me dan ganas
de nada
ni de cerrar los ojos
ni de respirar
ni de comer
ni de tragar
no tengo ganas
porque no puedo
porque todo me da igual
porque nada me importa
porque todo me importa
un carajo o dos o mas
esas veces
tengo ganas de morirme
y no muero
simplemente
porque no me da la puta gana
Rojos...
Rojamente suspira,
y envuelve todo en pétalos rojamente perfectos...
Y una rojamente pequeñísima espina,
tiñó de rojamente rojo su amarilla nostalgia..
Dentro de mí...
Dentro de mí,
soy una, soy todas,
soy grito y silencio,
soy tiempo y distancia,
soy miedo y alivio,
soy puta, soy santa.
Fuera de mí,
soy la mujer que crees ver.
Atrapado dentro mío...
Te comeré y quedarás aquí,
atrapado dentro mío,
y te pariré por mi boca,
y lo haré tantas veces
hasta que desesperes,
y hasta que desespere,
hasta que desees la muerte,
y hasta que desee la muerte,
entonces moriremos juntos,
y no tendremos que soportar tanto deseo...
de Janis Hagen
a 30 de Mayo 02