animal urbano - - - - - - - -
|
poema a modo de prefacio Sé que estoy en un límite extremo, que más abajo no hay nada o casi nada que se pueda disfrutar, sé que debo luchar contra la adversidad con el culo lleno de burbujas y el falo desbordante de líquidos lunares, sé que ellos poetas de fina imagen y simbólica gramática me han negado más de tres veces pero no todo está perdido, sé que en el fondo de nuestra humanidad somos arduos trogloditas simples animales salvajes y allí todos mordemos esas palabras como la carne tibia y cruda de un animal recién cazado. Puntos de vista El hombre se paseaba por la plaza maldiciendo en voz alta con una botella en la mano, la botella sufría por esa mano que le apretaba el cuello con ansiedad, la plaza estaba alegre de que alguien disfrutara de su existencia, la televisión mostraba un hombre desesperado caminando por una plaza, el periodista hablaba de los sin techo y de cifras y estadísticas inhumanas, el médico hablaba de los males de la bebida y sus consecuencias, las mujeres gordas sentadas en sillones de pana veían un borracho deleznable afeando la plaza, el político oficialista veía un hombre que no supo adaptarse a la dinámica de los cambios que imponen los nuevos tiempos, el sindicalista veía un desocupado militante de la lucha por la dignidad del hombre, el político de la oposición hablaba de los errores que ellos iban a corregir cuando... el cura veía a un hombre sin fe desviado del camino del señor... el niño reconoció a su padre, que no veía hacía dos años y empezó a llorar Vallejo solo nomás Quiero escribir y me sale espuma pero por el culo. Mirálo al tipo viejo, desgreñado y borrachín, se cree un artista haciendo burbujitas por el culo frente al espejo de la pieza. Mate amargo Habían pasado, ¿cuántos? casi veinte años que no veía a Gustavo el patón-, y de pronto, allí estaba; parecía más viejo que yo, barba crecida semi-blanca, pelo enmarañado y gorra sucia marcados rastros en la cara. Lo vi como en un cuadro de película al pasar por la aglomerada calle. De golpe llegaron, desde el fondo de la memoria los días de la facultad, los días locos y esforzados compartiendo el mate amargo en la pensión estudiando horas interminables para vaya a saber que incierto futuro de gloria. Y ahora, estaba allí, ropa sucia, ojos escondidos, mirando desaprensivamente a la gente que pasaba, sentado en el cordón de la vereda con el pantalón bajo hasta las piernas, así, en esa inesperada escena el querido patón estaba simplemente cagando. Celoso Caminaba por la calle tratando de resolver su problema hasta que lo vió: se hacen trabajos con motosierra decía el cartel, y en ese pertinente mensaje encontró la solución. Después de varias idas y venidas y 50 pesos de por medio logró convencer al operario de la máquina. Él mismo, ya se había encargado de los ojos para que no viera a ningún otro, ahora le seccionó los brazos para que no pudiera tocar a nadie y le aserró las piernas para que nunca escapara de su lado. La ansiedad perfecta (título afanado a D. Saimolovich) Ayer vacié mi revólver sobre una indefensa muchacha, bueno, no tan indefensa era una prostituta de la ruta 22 bah, más que prostituta un travesti de grandes pechos, pero yo no lo sabía, digo esto por si hay algún abogado leyendo, (los abogados me ponen nervioso) pero las muchachas de la ruta 22... ahh, fueron dos cargadores completos y quedé satisfecho. Después fui a buscar a mis hijos y a mi esposa y los llevé a tomar helados, antes festejamos el triunfo de Boca en el centro y en la heladería estaba mi hermana con su marido y mi sobrinita y unas amigas, licenciadas en química ellas otra sicóloga y sus correctas parejas, y hablamos de autos nuevos, de 4 x 4 de sus viajes a Río y Cancun para el verano de lomos a la pimienta y los mersas del fútbol, pero yo le miraba los pechos a la mina que servía helados y me acordaba del traba de la ruta 22, que quieren que les diga yo me quedo con las gomas de Guillermina ese indefenso muchachito de la ruta 22. Economía de mercado En la calle del shopping hay un niño descalzo cubierto de frío tan cansado de mendigar que se ha tragado el corazón y ya no tiene hambre. Casi nada Gotea la ducha como reloj, ahora como paso apurado en el desierto citadino y desde la casa del frente imágenes de colores cruzan la noche atraviesan la ventana, el jardín y los ojos de las fieras. En la otra habitación ellos duermen un sueño de juguetes y miedos, ella no me provoca desde la mudez de la cama. Estoy solo. Escudriño la oscuridad esperando algo, me sirvo un vaso de vino y pienso en los paseos perversos de Perlongher. Al regresar al escritorio, me sorprendo en el espejo veo un hombre sabio, honrado valiente veo un poeta inigualable... - che loco, no será un mentiroso genial este espejo - y el reflejo no contesta. Orden y limpieza Saco plancahado, camisa impecable pantalón recto perfecta la raya pañuelo limpio y debidamente doblado cara afeitada al ras, pelo corto cabeza en alto uñas limpias respiración profunda y no olvidarse peine, llaves, birome, 38 corto, reloj billetera,documentos, interrogador eléctrico, carnet, foto del hijo y libreta de apuntes. Todo bajo control un beso a la esposa y a trabajar con fervor. Carnicería La carnicería estaba llena saqué número y me puse a mirar la carne, buscaba entre los cortes vacunos las tetas de la Coca Sarli, y de pronto, en el reflejo del vidrio vi un lomo que hizo girar mi cabeza como Linda Blair sin exorcizar. Un pedazo de lomo tiernito unos cuartos traseros para chupetearlos, unas ancas de potranca grácil y portentosa y una cintura para nada cósmica. De allí para arriba ya nada me importaba, 71 gritó el carniza, pero yo a esa altura ya estaba chupándome los dedos. Como me gusta No está bien que lo diga así pero como me gusta esa puta, ese pelo negro enruladísimo sobre esa piel blanca. Ella dice que es prostituta, putas son las otras las que se casan para que las mantengan y el cura las autorice a fornicar libre de todo pecado. - Está bien, tenés razón le digo pero vamos al telo que no aguanto más. Y en la pieza bajo una luz roja libero mis animales más salvajes, ella los toma con las manos los sofoca apenas y los lame con fruición, yo empiezo a flotar por el espacio y una lluvia de asteroides me golpea la sangre. Cómo me gusta cogerte así, putita le gruño desde las alturas del paraíso, ella me mira preocupada y me dice en tono molesto - no me vengas ahora, a hablar de amor . Amor indiscriminado El poeta es un ser extraordinario que ama la vida y ama sin reparos al prójimo. Yo, que me siento poeta amo a todos los hombres y mujeres del mundo excepto a: los nazis, neonazis, filonazis, pronazis y recontranazis, los fascistas, fascistoides, fascistas intelectuales, fascistas emotivos y fascistas de toda laya, los soberbios, pedantes, fanfarrones, petulantes, y fanáticos, los hombres que mienten, que hieren, que torturan, que violan, que vejan, que asesinan, y que matan por matar, las mujeres tontas, estúpidas, conservadoras, problemáticas, graves, falsas, hipócritas, tramposas o engañeras, a las mujeres que fingen el orgasmo pero solo a aquellas que emiten un suspiro más, el innecesario suspiro para que sepamos que fingieron el orgasmo, los militares y su evolución: los milicos los policías y su involución: los canas, los abogados a secas, también mojados o empapados, los políticos que politican todo el tiempo y hacen politiquerías, al vecino de al lado y a todo hombre, mujer, niño, animal o extraterrestre que no defienda la libertad del otro. Después salvo estas deleznables excepciones, ¡ yo amo a todo el mundo !. > S...me llama una amiga poeta y me dice: - conocés poesía salvaje- , - no -, - entrá está buena - y entré... después me acordé que hace un tiempo un editor de poesía me dijo, - ese animal no, es demasiado salvaje...-, - no, dije yo, es nada más un animal urbano... - bueno, les envío una pata de ese animal urbano, ustedes sabrán si lo matan o lo encierran, eso sí, si le disparan a matar, asegurense de matarlo bien, herido es muy peligroso... buen tiempo poetas salvajes. aldo. de Aldo Novelli a 9 de Septiembre 02 |
#poesiasalvaje.com
® todos los textos propiedad y registrados por sus autores