ENCUENTRO CON LA LOCURA.
A Leopoldo María Panero.
Va conmigo la luz podrida cuando doy pasos,
pero no puedo transcribirla
o encontrar palabras sin sangre,
que rueden su significado.
Después del ladrido disperso,
los perros se vuelven signos,
espíritus airados,
que no se contentan con la tinta,
exigen fuego de las edades furiosos.
Oigo sus dedos irreductibles;
habitar la redondez de la memoria,
se hunden despacio en la locura,
Se concentran en la noche herida.
¡La lluvia!......... ¡La lluvia!
La lluvia tersa sus pieles de tambor,
sus gotas me persiguen,
hacen graffiti de agujeros húmedos
en mi pecho.
Me abro al precipicio desarmado de retóricas,
perdido me reinvento en las orillas,
la sombra es baja e insondable.
En el lomo irreal de un reflejo,
ocupo la cordura,
leyendo mis ilegibles ojos muertos,
he sido mudo,
he sido loco,
ahora me otorgo un permiso a sufragar
mi inocencia.
Callo y otorgo un voto de silencio
Daniel Montoly/2001
TÉCNICAS DE VACIADO POR LA PAZ. (catarsis)
El marfil condecorado se recubre de caramelo,
cayó la ignominia de las moscas,
es la víspera,
¿Adónde fueron los hijos de la nieve?
A sembrar las cuestas de locura,
a levantar barriadas de cadáveres
con el noveno cuerpo de ingenieros,
danzan sus botas equivocadas
de terroristas..
Las tripas se retuercen sin casas,
hasta el espejo no deja de tener apellidos.
Es la batalla de un puño,
no olvida sus quehaceres.
Él más débil grita sin telégrafos,
las palabras huyen,
se vuelven podridas ante la luna,
la sangre habla el lenguaje del cansancio.
En las torres de las hojas,
habitan quienes tensan los dientes,
como cuerdas de violines negros
¡Arda la tierra!
Su espalda polvorienta cruje sin pájaros
Asia se quedó sin semen,
¿Adónde profesarán los hombres sus verdades?
¿En cuál piedra olvide los labios enganchados?
¡Pasen los despojos la guerra!
¡Pasen!
Que las vaginas se cansaron
de seguir estirando sus músculos.
Cruzo y la brisa hedionda me cercena,
las comillas saben auto mutilarse,
rechazan los compromisos, los honores.
Los huesos hicieron una pausa,
yo regreso y cruzo,
no me queda más que un único trapo verde,
para las vastedades de lágrimas
¡Viva la inteligencia!
¡Muerte a la muerte!
¡Salgamos del animal absoluto!
Rompo el sello idolatra de la bestia,
me contemplo embarazado con granos de primavera
aunque ya nadie crea en ella.
Daniel Montoly/2001
ROMPIENDO HIELO.
Entrarán los filos por la tierra,
las pezuñas salobres de la sangre
habitará en una alfombra rota,
en los arenales habrá cifras encalladas,
una paloma,
un cielo despavorido,
botas marfiladas darán cuentas
en las pieles de los canastos.
Serán tantos los condecorados,
que apenas un aullar grisáceo
pernotará en las vagabundas lamentaciones.
Ese día me tomaré tres aspirinas,
sacaré un pueblo a plantarle cara,
recogiendo pedazos de párpados
voy a dejar caer la paz en paracaídas,
para empezar un símbolo,
entre células ahumadas
gritaremos pederastas,
fornicadores de almas inocentes,
hasta quebrar este maldito hielo cómplice
que enferma...
pudrela muchedumbre con libertad duradera.
Daniel Montoly/2001
Discernimiento.
Allá me coloco, en el duro lomo de la sombra,
a esparcir mis turbaciones
dentro de las posibilidades rotas,
en las tinajas de Emaut.
El cansancio me llega de lejos;
en el enfermo equilibrio de las pantallas,
donde se oculta el cordero sanitario,
coloca candados en el muro de las dádivas.
Viajo en la cautela,
apresuro el instinto a embardunarme de dudas
acerca de sus manuscritos,
porque su pez discute con Aristóteles,
ofrece insignias azules,
camellos acorazados,
y un equilibrio sacerdotal polarizado con cráneos.
Daniel Montoly/2001
DONDEQUIERA HAY UN LABIO CAIDO.
Un retrato actual de la tierra,
pasa a ser una camisa embarazosa,
dondequiera la sombra llueve
como metamorfosis.
El hedor de la guerra es aplastante.
En las gargantas lejanas,
los vidrios rotos se incrustan
en la carne.
Esquirlas extranjeras cruzan
amparadas por sombrillas espaciales,
a programar las espadas desde lejos.
Sus largos cálculos dicen no fallar
de espejuelos,
pero matan en una casa ajena,
donde el pan es la incertidumbre.
La sed de sus gasoductos
es :Grande.
Las murmuraciones de la carne
son suficientemente largas,
como las barbas cóncavas de los escasos
ríos que la circundan.
Cesen de pisar al labio caído!,
¡Crezcan!
Que se entienda la mujer mas allá
de su matriz.
Démosles opio de bibliotecas
a los adolescentes.
En las gargantas de las blancas cúspides,
sembremos un puñado de enredaderas
para acceder al cielo sin la mirra de fusiles.
Al Goliat van podrirsele las uñas.
Los profundo del poder,
es un zumo venenoso,
donde se han sucedido muchos imperios
y hoy solo se preservan
sus párpados estancados en los siglos.
Daniel Montoly/2001
DE AQUÍ Y DE ALLÁ.
De la voz regresa un nudo a trasladarse...
a elevar el tono de la rueda...
afinar las pezuñas del reloj.
Alguien oferta una rosa de hierro en el bazar
donde no quedan oídos.
La madre paciencia espera los meridianos
en sus ciclos de rumores, corre frío por los péndulos
de las espaldas a ocultarse en las rabizas.
Al otro lado, es la época de la pubertad,
una franja naranja se alarga como un dedo
maduro,
los árboles derraman millones de cigarras
de sus vientres; cantan al arrastrarse
entre la muchedumbre con dolencias raciales.
¡A reconstruir la palabra! Se escucha...
el aire se hace apenas audibles,
montañas de llantos como restos de periódicos
se elevan en las esquinas...
ruedan lamentos hasta hacer nacer círculos
dudosos o verrugas de racimos.
Se suceden los colofones de estrellas,
se anticipan las gargantas de vidrio crujir.
La aplastante hegemonía de la sangre;
metamorfea mariposas en negro,
el viento sin pulpa hace fiesta...
mientras llueve calor lejos, por los fueros de periodos
a recaer en los mortecinos espíritus acuclillados
con su fé sudorosa.
Daniel Montoly/2001
LOS OJOS DE LA GUERRA.
Sus ojos son dos escuálidas baldosas negras,
se insertan en el alma
ya no volverá a ser el mismo una vez
que los haya visto.
Su máscara mortuoria está hecha de
resabios grises,
los macabros cantos de sus máquinas
se apropia el aliento,
lo pudre, como se pudre la vida sin un
correcto uso.
Su ruido acuoso congela cuanto existe.
Con sanguinolentas onomatopeyas óseas,
trae pólvora en sus axilas de medusa,
falsos rayos invertidos,
granjas de gases tóxicos,
invernaderos de bacterias sinvergüenzas
amigas de los trenes y autobuses.
Cambia miedo por rocío, deja amaneceres
sin gotas en los armarios del día,
amenaza con domar la monotonía de la luna
hasta transformarla en capullos arrogantes.
Hace flotar sus manos cargadas de peligro
como volátiles plaquetas cuando pensamos
estar seguro.
Daniel Montoly/2001
POKER MALDITO.
A BLAKE
El tintineo de las barajas rompe
la calma en azarosos fragmentos,
la ultima carta es: Un As de quiño,
dubita en tomar el poder,
cae lentamente sobre la mesa..
Tres tragos sudan de mala gana;
sus bostezos se esparcen en el aire
confuso, como marasmo producido
por la boca de uno de los borrachos.
Es una estratagema estúpida,
un trueque que busca deshacer el ocio
que apuntala sus vidas con rutinas.
Desprecian tener un momento vacío
para no encontrarse el aburrimiento
desandando en sus tripas,
como una lombriz terca y fría,
olorosa a excremento alcohólico.
Juntos al reloj se mueren a cuentagotas,
el más joven saca un revolver,
corre el carril y martillea el gatillo.
Los demás ríen,
mientras sus sesos embarran las paredes,
la sangre mancha los rostros con negro,
las cartas siguen tiesas
después del sexo macabro.
Nada pasa en el habitual circulo;
se duermen apilado como cerdos,
sus babas bajan como cordones
hacer un charco oloroso a podredumbre.
> > De: SabioUnamuno@aol.com
> Fecha: Sun, 28 Oct 2001 08:52:52 EST
> Para: hola@poesiasalvaje.com
> Asunto: RE: Aqui te envio el paquete Miguel