Esta noche.
Esta noche está Dios deshojando su margarita.
Y en la luna nieva.
Vuelve a tu edredón azul. Te hago caricias
bajo las plumas y siento el culo frío,
sentada en el suelo de la cocina.
Esta noche gime un lagarto pegado en la pared.
Y cantan los gallos antes de tiempo.
Suena un timbre, es el cartero, el cartero-tempranero.
Azul azul, siempre azul tu edredón
tu casa
tu bici negra es igual azul.
Daltónica sin saberlo.
Esta noche nada es igual que antes
y llega un corazón rosa y me susurra
pero menos que mañana.
Esta noche ando loca.
Adán
Ahora veo todo lo que significó para tí
nuestra huida del paraíso.
EvaMierda,
yo que te doy mi pan con el sudor de mi frente,
niños,
una habitación en este motel verde,
ojos,
televisor en color con pantalla extraplana,
terraza, mar, aire, sólo un sitio nuevo...
Yo, infinito regalo.
Pero, mira, EvaMierda,
no me vuelvas a joder con esa manzana.
Lo que he escrito.
Con todo lo que he escrito
Se pueden hacer grandes
Barcos de papel,
Aviones.
A veces ni siquiera navegan,
Ni siquiera vuelan
demasiado bien.
Con las cosas que has escrito
Me puedo ahogar,
A veces no puedo respirar
Sabiendo la belleza que viste
Y que yo no vi.
Odio las cosas que has escrito
Cuando aún no me conocías,
Odio las dedicatorias inocentes,
Las cartas,
Los poemas que no entiendo,
Los renglones retorcidos,
Las líneas ciegas,
El papel que se desentiende de mí,
La letra grande y clara,
Los paisajes nuevos.
Vale, vale, está bien.
Es idiota,
Yo no pude estar siempre,
¿o sí?
Definitivamente es idiota
Pensar que no me voy a ahogar
Entre tu maraña de letras desconocidas.
Cira - esto no es poesía
Cira es un nombre persa que significa sol.
Pero a Cira no le gusta llamarse así.
Quiere llamarse Silvia o María, o cualquier otro nombre estúpido y anodino que todo el mundo le pone a su hija.
A veces -dice- quiere también ser puta y marcharse de su casa. Acostarse con hombres maduros y canosos que salen de sus oficinas.
Cira sería una puta orgullosa y nunca esperaría en la calle. A ella la vendrían a recoger en un coche largo y, con maquillaje, piensa, quizás no pareciese una menor.
Su piel es de leche y en clase de físicas se tatúa un corazón con la punta del compás.
Es un círculo amorfo que cicatriza en dos días. El antebrazo blanquecino por ahora sangra.
Silvia-María-Clara-Ana a veces no puede dormir y mira el globo terráqueo de la mesita de su habitación. Y le da vueltas, lo va parando con sus dedos y llora porque sabe que nunca será una puta de coches largos.
Se queda pensando, así, con su collar de plata. Cierra los ojos, apunta a un sitio del globo y piensa en cómo sería estar ahora allí.
-Aquí sería de día. Aquí me estaría comiendo una comida preparada por unas negras. Aquí sería una geisha hermosa. Aquí... ¿éste lugar existe?
Sonríe y cuenta cabras para dormirse. Bala el elefante, chirría la puerta, hace mu el gato y las ovejas no existen.
A Cira no le gusta su nombre pero a mí me encanta y siempre la llamo así. Cira
Matar abrazos
Se quema el tiempo,
aún en tus manos aprietas la estatua.
Como yo no soy virgen
aprieto el diccionario de entrega
para entenderte lejos
mientras decides morir
por un dios que no existe
y que crucificamos.
Y yo humana me muestro
tangible, presente y viva
pero todo se bloquea,
las palabras, la magia,
los trucos retóricos
mueren como la risa y los besos.
Para que te quedes
he de soñar sin prisas con abrazos,
racionalizar poemas,
comerme a tu jesús de madera.
Sólo para que no lo quieras.
Cosas que nunca pude hacer en enero.
En enero aún no sabía leer,
coordinar mi piscina de lata
frente al viento.
Gozar de la apariencia clara
del cálido invierno.
En enero aún no había visto tu balcón
cuando amanecía sin parecer milagro,
frente a mí unas cadenas hermosas
que atan montañas
y todos saben que en
enero
nunca pude t-r-a-g-a-r-t-e
chupar tu esencia.
Enero
el primer mes, simple, inocente, traía regalos.
Junio avanza con miedo, sin retroceder,
a saltos, verano, sol...
Para volver al futuro
donde está el árbol enorme,
lleno de pájaros, tu camisa canija
y la sombra de Nadie.
Vértigo.
La abuela tiene vértigo al bajar por la escalera.
Apoya un pie tras otro, maldice al técnico del ascensor
Y nos anuncia que se quedará toda la mañana en el bar.
El hombre, camiseta oscura, no puede mirar abajo
Resbalan sus pies de gato
Y así cae desparramándose en trocitos de carne
Por la ladera, por las piedras afiladas. Su brazo
Se intenta agarrar a un saliente cuando ya no es más que un brazo.
El brazo del vértigo ni puede mirar atrás.
Y cuando todo parece desierto en la escalera,
En la ladera,
En la promesa,
En un par de cartas,
Alguien se apresura al vacío
Sin vértigo, con rabia
Hacia el pozo hondo donde hay serpientes,
el puto agujero negro.
Teach me tonight...
Suena un piano vivo con alma
La noche en que los dos no podemos
Escribir nada.
La noche que atrae a los monstruos
Que se van poniendo en fila india,
Ordenados,
Debajo de mi cama.
Enciendo la luz del pasillo
Y siento que al andar
Destrozo palomas muertas
Y siento que al gemir
Estoy sola.
Y veo anuncios de teléfonos calientes,
Con ganas de tocarme
Y sin embargo no puedo
y
Siento
Terrible,
Horrible,
Cercano miedo.
Infancia.
Santos se cagaba en los pantalones,
Arancha era la tonta del bote,
Y Érase una vez un lobito bueno
Sonaba en mis oídos todas las noches.
Hacíamos castillos en la arena, sin barbis,
Ni pasajeros,
Sólo castillos en la arena vacíos
Y recorríamos sus pasillos exteriores con los dedos.
Cuando llegaba la marea
Todo se iba al carajo.
Margaritas en el culo de Lidia,
El hígado de la abuela
Escondido en un armario.
Y la persecución constante
Del maldito gato rojo.
Cuentos de disney,
Mi chándal rosa,
La primitiva de Tito
Y los pies negros de mi bisabuela.
Cuando nací me colocaron
Como un saco tonto en un serón viejo.
Después pensaron que era una niña muy nueva
Para un serón tan tan viejo.
Y toda la novedad, la inocencia,
Las legañas limpiadas por una mano vieja,
Se fueron al carajo como los castillos de arena.
To kill a mosquito.
Cuando estuve en esa habitación oscura
Con olor a caballo, a semen reseco,
Y a orina,
Sólo pensaba en su zumbido.
Despertaba cada noche tratando de aplastarlo,
Mi zapatilla rosa en la mano,
El sudor en la frente
Y unas ganas locas de acabar con su zzzzzz.
Triste sonido que inundaba como onomatopeya feroz
la piltra, mi cuna de muerte.
Maga
Resucito en este universo envasado al vacío
que has plagado de magia y así vivo siempre.
Y vivo en la colina de los ases trucados,
donde muere la lluvia sobre las cartas,
nacen cascabeles
y a ratos cuando oscurece dormita el pasado.
Hay teatros submarinos bajo las olas que me invento,
oscuros corazones muertos palpitan bajo las caracolas
cada día vivo en un cuerpo nuevo
y me toco, y me miro en los espejos que forman tus aguas
para saber que por dentro soy la misma maga.
Sarampión rosa
Con un pilot rosa me dibujo un sol pequeño,
el primero cerca de la ceja izquierda,
el segundo en el muslo y
el tercero y el cuarto en los dos pechos.
Por allí se escapan todos los males del mundo,
y van de la caja de pandora directamente
a los soles rosas.
Cuando se destiñen besas la parte del centro,
amo la humedad que deja tu boca
y me acuesto tranquila con mi sarampión dulce,
sabiendo que soy un sistema cuaternario tonto,
absurdo pero
feliz
feliz
feliz.