APOCALISIS Treinta soles de mercurio serán las noches de un milenio Treinta granos de un reloj de arena Treinta parpadeos de un ciego Treinta. En los días de locura atravesada los campos enlataran pobreza de aire las escaleras de humo apagarán sus flatulencias el cielo se ahuecará en un milenio de impaciencia Por ver un sollozo de diamantes. Los valles serán pelos de carbón las junglas serán pasto infecto de hormigueros mudos de latido. las bocas vomitaran aire de huecos estómagos. La seda añil de rizos de viento se hará agria como la sangre de barro se detendrán los artefactos de watt huecos de sangre de vertedero. Llorarán las antenas con sus velas apagadas como dos sordos anteojos kilométricos. Llorarán los corazones carbonizados por gotas de amarga lluvia claustrados por enjambres de cemento. la luna cubrirá su manto con una sábana de estiércol esmeralda. Llorarán los cielos en cirros de viento comiéndose los prados como vacas redondas. Llorarán los mares copos de muerte sobre un crustáceo de almas pero la tierra no llorará tragándose la lengua de sed hasta el estómago. Llorará Gomorra de hogueras infecundas con borboteos de lagrimas de sed. los seises vagos se comerán la tarta en dos bocados el mundo será una empresa, solo una recaudadora del dolor por cuerdas invisibles. Llorarán los casados con la tierra y el asfalto comiéndose las piernas de cena. se robarán la vida por un grano de azúcar se comerán los diamantes lamerán poseídos a la bruja cuadrada añorando como niños sus rótulos de cuento. suspiros de apetito colmarán la tierra. la muerte será la pancarta de la paz el hueco que satura el pánico. el oro desfallecerá como muere un gorrión las burbujas de hielo fluirán la lava de los inviernos de sol imborrable. El aire será moneda de cambio y el agua será una cloaca inmaculada las entrañas mugientes serán de plástico y cartón los afluentes serán aceras y los ríos autopistas. la avispa boreal morderá el corazón de la aural la aural escupirá látigos a la boreal en una paz indistinguible. En los días de lava una cortina de zafios ojos borrará las llamas de los pies salpicando sobre una ventana de horror como un mastodonte vomita perfidias. La miseria rasgará a la paloma el terror se adueñará de los impíos la lombriz engullirá al elefante como las ratas roerán a los niños. Llorarán los difuntos niños huérfanos de nietos en noches de crepúsculo sin sol. Un ocaso interminable de morada sangre de muerto ribetererá las nubes en cantos de sirenas agonizantes las tumbadas estrellas de mil Romas contendrán el pulso en un latido de sombras. El insomne día de resaca de tres noches limará la piel en ampollas de luz. Se secarán las venas de la gran Raquel que atan la esfera de telarañas que apresan un globo de negro azul de moribundo. En el apagón de los días las paginas de la sabiduría se harán helecho de estiércol las orugas huirán comiéndose el manto del revés de la mano azul hacia un pozo de intestinos de viento. Llorarán los parvularios en un abismo de oscuridad en pesadillas de párpados secos de balas reales y hedor abyecto. olor a gloria del siniestro. En el día infinito de los astros las luciérnagas de la noche apagarán sus deseos de sueño terrenal las hadas del sonido recubrirán la bondad en ángeles de relámpago de irrevatable ímpetu comiéndose el dolor de la derrota en guerras de soles y vientos. El rocío del juicio inalterable inundará los tejados de brasas abrirá las bocas del averno como un león muerde en sangre a su presa. Las brujas del cerro rojo lloviznarán gotas de verde olor a negro exterminio las arenas de silicio se harán un cristal de transistores millones de bolsas de granos de arena rodarán por el manto de los fuegos. Se desgajaran los sesos de la bóveda agua marina escupiendo un mar de vapor y fundición los ojos arderán antes que las piernas de rayos de inimaginable dolor. las gaviotas de carbón jamás volverán se evaporará su sangre en un latido invisible. Los gritos del universo masticarán los oídos en cuchillos de luz y reverberante tierra. los mares lloverán lagrimas desamparadas diluvios de amarga sangre empaparán a la manzana como gusanos calando pus en la piel. Ríos de viento doblegaran el hormigón en arena Las cimas de enjambres se las comerá el aire El temor a la muerte será el alivio de los cínicos de temor a la vida en muerte. El gusano de los mares ahogará mil sudores de doblón. Vegetaran los hierros como rosales de invierno sobre playas de muros. Autopistas de huesos de barro calzaran los ultimo viejos de la orgía de nubes de medusas la piel lamerá los huesos con lagrimas de muerto. las cadenas de gemas arderán en los cuellos como el sol. las sonrisas sembradas abonarán los pesares con pétalos limpios de pena. Se soldarán las tierras de sangre de magma en valles de arena de serpiente gimiente. El ángel de los ojos amarillos empalará las gargantas con fauces de hiena succionando un volcán de granos negros absorbiendo sus ánimas con un corazón de tenias disolviendo la vanidad con caldo de fuego. La sinfonía de letras de oro colgada en los sótanos amnésicos recubrirá las pupilas de la conciencia. El gran corazón será atravesado por mil agujas Por las que se escaparán las lágrimas del crucificado en cascadas de luz de infinitos quilates que calentarán las venas de vino con estigmas de dolor bendito. En la semicúspide del universo un dragón de fuego quebrará los astros en pelusas de polvo estelar el día del perdón resonará de trompetas recubriendo los cielos de prados socavando los volcanes del recuerdo las garzas se soldaran con las palomas en círculos de indescifrable gracia. las animas del dolor sonreirán con aguaceros de paz. El zumbido de los cielos recitará las leyes del universo ensordeciendo a los pájaros con clamor de gracia. las ventanas ya no se cerrarán jamas sonriendo a los látigos de los cielos. Una espiral de vientos de aves blanqueará la fetidez de la muerte con mil ardientes soles de hielo Sosteniendo el corazón del rey de espíritus nutrido clamando el litigio del alma. Los camellos sobornarán a las hormigas Por ser los últimos primeros Por ser los primeros últimos. Llorarán los hipócritas hijos de Caín de excusas sorbidas por el estomago de reparos como buques en zozobra. Lloraran las manchas no lavadas Las aguas contaminadas La sabia evaporada del arrepentimiento. Las animas serán succionadas por el calor del abismo, elevadas al cono de la luz por testigos inquebrantables. El tiempo reinará infinito. de zurdo - - - - - - - - - a 31 diciembre 00 |